La Mobile World Congress (MWC) es el lugar escogido por los máximos representantes de la innovación tecnológica para anticipar las principales líneas del futuro que nos espera en todo lo que se refiere que nuestro teléfono móvil sea nuestro puerto de conexión con el mundo. Bajo el lema Connectivity Unleashed (Conectividad desatada) presentan un futuro en el que la ultraconectividad es la base del desarrollo. Sin embargo, la conexión entre dispositivos no será la única tendencia que se abordará, ya que la innovación en la tecnología de los ordenadores o cómo reducir la brecha digital social gracias a internet serán alguno de los campos de los que más se hable.

Estas son algunas de las novedades que podremos ver en el MWC.

Expansión del 5G mientra ya asoma el 6G

La implementación de la 5G ya es una realidad, y supondrá ventajas para todos. Como explica Lola Burgueño, investigadora del grupo Systems, Software and Models Research Lab (SOM Research Lab) del IN3, la 5G potencia la conectividad entre usuarios y dispositivos inteligentes. Gracias a ello, podemos transmitir más datos más rápidamente. “Lo que notaremos es que las posibilidades que ofrecen nuestros dispositivos y la magnitud de los entornos inteligentes y de las aplicaciones que estarán disponibles serán muy superiores”, señala Burgueño.

Un ejemplo es la conectividad en espacios relativamente pequeños en los que se encuentren muchas personas conectadas a la vez. “Si vamos al campo del Madrid o del Barça y nos conectamos, con una buena cobertura de 5G gozaremos de un mejor servicio”, indica César Córcoles miembro del grupo de investigación Technology Enhanced Knowledge and Interaction Group (TEKING).

Pero, además, se van a empezar a definir los estándares de la sexta generación de la conectividad móvil, la 6G. “Irá llegando y va a suponer más mejoras: más ancho de banda, menos latencia, más conectividad… Aunque todavía no se puede concretar qué será, se está discutiendo”, explica Córcoles.

Desarrollo del Internet de las Cosas (IdC)

Precisamente la red 5G nos permitirá seguir avanzando hacia edificios y ciudades más inteligentes. “Cada vez hay más dispositivos inteligentes conectados a internet, los cuales forman el denominado Internet de las Cosas o IdC. Aunque a veces no seamos conscientes, desde hace unos años el mundo desarrollado se mueve en entornos IdC. Solo hay que prestar atención a la cantidad de dispositivos inteligentes que nos rodean, como por ejemplo nuestro reloj, el frigorífico, la lavadora…”, afirma Burgueño.

Al tener más conectividad, y al consumir esa conectividad menos energía, es posible conectar más radios 5G, o a través de wifi o Bluetooth, a más dispositivos. “Esto significa que esos dispositivos pueden hablar más entre ellos y darnos información, lo que puede mejorar el día a día de las ciudades”, indica Córcoles. “En la actualidad, la ciudad tiene poca capacidad de reflexión. Por ejemplo, los semáforos están programados y esa programación es independiente de que el tráfico vaya de norte a sur o de este a oeste. Pero con la 5G podríamos tener mucha más información que facilitara un tráfico más fluido”, señala, y añade que la tecnología está haciendo posible que no solo las ciudades grandes con mayor presupuesto puedan tener acceso a ello.

La necesidad fuerza la innovacíon en procesadores

Los problemas de suministro de las CPU derivados de la pandemia han traído consigo innovaciones en los procesadores. Como recuerda Córcoles, Apple ya dio el salto, y los procesadores que vende en sus portátiles, y en algunos de los de sobremesa, son de móvil “que han crecido, tienen más potencia y, de hecho, son más eficientes que los procesadores de los portátiles Windows”.

“Actualmente, los fabricantes de los chips equivalentes en el mundo Android también están abriendo camino en este sentido”, adelanta César Córcoles. Por otro lado, Intel, el gran fabricante de los chips para PC, está apostando por una tecnología nueva, la tercera arquitectura de chips, bautizada como RISC-V, “de la que habrá novedades, aunque veamos pocas innovaciones antes de un año", señala.

Pantalla plegable móviles con baterías de más larga duración

Una de las tendencias en móviles de alta gama son las pantallas plegables. Se trata de móviles con el doble de pantalla, lo que mejora la experiencia de tareas como ver contenido, navegar por internet o jugar a un videojuego. Como recuerda Córcoles, de momento el móvil plegable es un prototipo de la industria del móvil al que todavía le falta para ser viable, pero las mejoras anuncian un cambio.

Otra innovación son las baterías de más larga duración, de hasta 4.000 y 5.000 miliamperios por hora, lo que posibilita que no haya que cargar el móvil con tanta frecuencia, incluso aunque tenga un uso intensivo.

Las fotos que hacemos con el móvil mejorarán su calidad. La clave estará en el software que hay detrás de ellas. “El software que incluye la cámara del móvil cada vez es mejor, y por eso el móvil ya no te hace solo una foto cuando le dices que saque una foto, sino que, si es un móvil de gama media-alta, toma hasta doce fotos muy deprisa y tiene una serie de recetas: las mira, las combina y hace el trabajo que haría un fotógrafo con Photoshop", señala Córcoles.

Tecnología por la igualdad y contra la devastación medioambiental

La búsqueda de materiales para fabricar baterías de móvil que sean menos nocivos para el medioambiente y el reciclaje de móviles usados son otra realidad en la que está trabajando la industria de la telefonía.

Pero, además, como recuerda Burgueño, los avances en el internet de las cosas, la inteligencia artificial y la red 5G, y especialmente la combinación de estas, también pueden ayudar a respetar el entorno de otra forma. “Permiten el despliegue de una red de dispositivos conectados entre sí en fábricas y explotaciones que recogen datos que se procesan y analizan, vislumbrando ineficiencias en los sistemas y máquinas que se pueden corregir para optimizar su producción y reducir tanto desperdicios como consumo de energía.

Del mismo modo, la tecnología abre un gran abanico de posibilidades en la lucha contra la desigualdad. Burgueño afirma que, al igual que el mal uso de la tecnología puede ocasionar desigualdades sociales, un buen uso de ella, junto con las iniciativas adecuadas, puede contribuir a reducir la brecha social.