Vivir solo en casa conlleva más riesgos. Si, por ejemplo, te ocurre algo, es más difícil que alguien se entere y pueda socorrerte o pedir ayuda profesional. Y si a la soledad le añadimos el hecho de ser una persona mayor y tener ciertas dificultades, el riesgo aumenta. Y se entiende que cada uno quiera seguir viviendo en su casa el máximo tiempo posible, aunque sea sin compañía. Por eso, la tecnología crea dispositivos, aplicaciones y sistemas capaces de conseguir que alguien se sienta seguro en su casa y acompañado, de alguna manera.

Ese es el objetivo de entidades como Cruz Roja, que ofrecen diferentes servicios para quienes los requieran, como sus modalidades de teleasistencia. Una de ellas es LoPe, especialmente diseñada para personas que sufren algún tipo de deterioro cognitivo (Alzheimer, demencia o pérdida de memoria, entre otros). Funciona a través de una app instalada en un reloj inteligente o smartphone. El reloj envía de forma automática la posición cada diez minutos, facilitando la localización geográfica y permitiendo configurar alarmas de entrada y salida en áreas de peligro, así como alarmas de velocidad.

Cuidar a distancia

Siguiendo con Cruz Roja, en el sector de cuidar a los mayores encontramos Avatar afectivo. Es una solución para ayudar a estas personas a que tomen su medicación creando un vínculo emocional con un familiar, ya que muchas de ellas son reacias a seguir las indicaciones del médico. Para ello, se elige a un ser querido, en la mayoría de los casos nieto o nieta, que aparece en una tablet en forma de avatar para comunicarse con el usuario de este servicio. El sistema funciona a partir de dos aplicaciones: una en el teléfono móvil del familiar o persona cuidadora, y otra en la tablet que lleva la persona que necesita el servicio.

Por su parte, Cuidate+ fomenta el autocuidado para promover el bienestar físico, mental y emocional. Además, analiza el modelo de vida en función de las rutinas diarias, por lo que es capaz de detectar situaciones de peligro que puedan producirse en el hogar. Por ejemplo, se puede saber si el usuario no ha regresado a casa a su hora habitual, si se levanta por la noche más de lo normal, etc. En este caso, el sistema avisa automáticamente al Centro de Atención de Cruz Roja sin que sea necesario pulsar ningún botón, aunque sí incluye un pulsador para que la persona pueda charlar, sentirse acompañada o avisar si necesita cualquier cosa.

También está CuYdo, una app para ayudar en el cuidado de personas mayores a distancia, diseñada en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real). Para ello no utiliza ni micrófonos ni cámaras, solo sensores de movimiento que deben colocarse en los distintos espacios de la casa, como habitaciones, salón, baño y cocina. Tras un tiempo analizando los movimientos de esa persona, puede conocer sus rutinas y si existe alguna anomalía en su vida diaria alertará a sus contactos.

La aplicación Maximiliana, para comunicarse con familiares.

Conectividad

Es verdad que muchas veces personas mayores y tecnología no casan bien. Pero eso va desapareciendo con aplicaciones como Maximiliana, que permite relacionarse con familiares desde cualquier lugar del mundo con conexión a internet. Se trata de un móvil desarrollado por Jorge Terreu para comunicarse con su abuela Maximiliana, que vive en un pueblo de Teruel, mientras estaba estudiando en Francia. El dispositivo y su sistema es muy fácil de usar. Por un lado, es capaz de contestar a las llamadas y videollamadas solo, es decir, que descuelga automáticamente. A su vez, el usuario puede llamar a sus familiares tan solo tocando su cara en la pantalla. Es posible personalizarlo con las necesidades de cada usuario y desde el panel se puede conocer la ubicación exacta del móvil, siempre actualizada.

Por otro lado, en caso de emergencia, el usuario puede pedir ayuda agitando el teléfono y éste llamará al contacto de seguridad.

Con compañía

Y para aquellas personas que quieren seguir viviendo en su hogar sin un cuidador o un familiar que pueda vigilarlas, pero sí con compañía, la plataforma Kuvu facilita el encuentro entre personas de más de 55 años que quieren alquilar una habitación de su casa y jóvenes que buscan alojamiento asequible. De esta manera, se fomenta la convivencia intergeneracional. También incluye un servicio de seguimiento con las personas que conviven con entrevistas individuales, la gestión de los pagos y la opción de mediar ante posibles problemas.

El brazo robótico que ejerce de cuidador.

El mejor ayudante

Además de aplicaciones y dispositivos, incluimos los robots como cuidadores. Un ejemplo es el brazo robótico desarrollado por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), capaz de ayudar a vestir a una persona con movilidad reducida y de realizar alguna tarea del hogar. En el primer caso, el dispositivo puede predecir cómo se moverá el brazo de la persona a la que asiste o dónde se encuentra el codo, por ejemplo.