El 26 de febrero se celebra el Día Mundial del Pistacho, un alimento con muchas buenas propiedades para nuestra salud, por lo que se presenta un fin de semana de carnaval en el que homenajear a este delicado fruto seco que tantas veces nos ha acompañado frente al televisor.

Se trata de uno de los frutos secos más valorados de nuestra gastronomía que nos ayuda a regular el nivel de colesterol, mantener una buena presión arterial, controlar el peso y llevar una dieta sana y equilibrada. Muy valorado como snack, también es muy utilizado para dar un toque distinto a todo tipo de platos, tanto dulces como salados.

A pesar de que se tiene la costumbre de consumirlo tostado, en crudo es el fruto seco que menos calorías tiene. Además aportar proteínas vegetales, es fuente de fósforo, magnesio y potasio, y por lo que entre sus beneficios está el de ayudar a reducir la presión arterial. También tiene un interesante contenido de vitamina B6, que contribuye a reducir el cansancio y la fatiga, así como de vitaminas K, E y B1.

Además de mejorar y regular el tránsito intestinal, lo consideran como uno de los alimentos más antioxidantes que existen. Es el mejor fruto seco para la diabetes ya que regula los niveles de glucosa en sangre y mejora la resistencia a la insulina.

Pero alguna desventaja tenía que tener, y que su precio tiende a ser un tanto elevado como ser un aperitivo algo más que ocasional. Sus productores suelen dar una razón básica y es que la planta que lo produce, el alfónsigo o pistachero, tarda alrededor de 7 años en empezar a dar fruto y eso requiere mucha inversión. Se le considera un árbol de crecimiento lento. Algo que le beneficia en tiempo de sequía, pero que ralentiza su productividad.

Origen del pistacho

Originario de Asia Menor y Occidental, donde los pistacheros crecían de forma silvestre en las regiones altas del desierto, hoy se puede considerar un fruto seco de carácter universal.

Aunque ya en la Biblia se lo nombra, se sabe por distintos restos arqueológicos hallados recientemente en Turquía que los humanos ya lo consumían hace 9.000 años. Y con notable satisfacción, no en vano en Irán, uno de los mayores productores de este fruto y de los de más calidad, se le conoce como la “nuez de la sonrisa”. Los chinos, con cierta vena poética, lo llaman “la nuez feliz”.

Sin llegar al nivel del cacao en la Sudamérica precolombina, donde se llegó a usar como moneda, en algunos lugares se consideraba el pistacho como un artículo de lujo, hasta tal punto que en la época de la famosa y legendaria reina de Saba, en la región que hoy ocupan más o menos Yemen y Etiopía, únicamente lo podían consumir los miembros de la realeza y la aristocracia.

Al igual que otros alimentos de gran aporte energético, unido a su fácil almacenaje, lo convirtieron en un habitual de los grandes viajes de exploración y comercio, especialmente durante las largas travesías por mar

Recetas culinarias

Generalizado ya su consumo en todo el mundo, es un aperitivo de muchas fiestas y reuniones de amigos, en los que sirve de picoteo.

Pero su virtudes gastronómicas van más allá y resultan los suficientemente atractivas como para incorporarlas a muchos platos y recetas. Por ello, proponeros cuatro sencillas opciones de distinto tipo que animen un poco más los menús diarios.

Ensalada de canónigos, fresas, queso curado y pistachos

Aprovechando que la primavera no parece ya muy lejana y que las fresas empiezan a aparecer en los supermercados, esta ensalada es un buen principio.

Ingredientes (4 comensales)

  • 150 gramos de canónigos
  • 12 fresas medianas
  • 100 gramos de queso curado en lascas
  • 1 puñado de pistachos sin sal o pistachos verdes
  • Sal
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada de vinagre

Elaboración

En una ensaladera colocar los canónigo bien limpios y escurridos como base. Sobre ellos, repartir las fresas troceadas en función del tamaño. Si son fresones, en cuartos y si tienes la fortuna de conseguir fresas silvestres, mejor dejarlas enteras. También se le añade el queso en lascas y los pistachos picados.

Para terminar, adereza con un vinagre suave y el aceite, que si es aromatizado, mejor.

Pasta al pesto de pistacho

Aunque la salsa pesto tiene una receta muy concreta en la que los piñones tienen todo el protagonismo, no es raro realizar variaciones con otros frutos secos, en especial almendra. En esta ocasión usamos los pistachos.

Ingredientes

  • 400 g de fusilli, de penne o de coditos
  • 1 taza de pistachos sin cáscara
  • Media taza de parmesano
  • 1 diente de ajo
  • Media taza de aceite de oliva
  • 2 tazas de hoja de albahaca

Elaboración

En un caso de batidora o en una picadora meter los pistachos, el diente de ajo, el queso parmesano, la albahaca fresca y el aceite de oliva. Picarlo y batirlo todo hasta una pasta bien fina.

Hervir la pasta hasta que quede al dente y siguiendo las instrucciones de la bolsa. Una vez escurrida, mezclarla con el pesto.

Antes de sacarlo a la mesa, tanto si va en los platos como si se presenta en una fuente, decorar con un poco de albahaca picada y de algunos pistachos también picados

Pierna de cordero rellena de setas y pistachos

Un plato de cordero siempre alegra una celebración. Esta es una variación que se sale del asado tradicional y le da otro punto.

Ingredientes (4 comensales)

  • 1 pierna de cordero deshuesada
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Aceite de oliva virgen extra.

Para el relleno

  • 1 puerro
  • 1 diente de ajo
  • 300 gramos de setas variadas
  • 1 rama de romero fresco
  • Pimienta negra recién molida
  • Sal
  • 50 gramos de pistachos sin cáscara crudos o tostados
  • 20 gramos de piñones .

Otros ingredientes

  • 4 chalotas
  • 1 cabeza de ajos
  • 3 zanahorias
  • 170 gramos de vino blanco
  • 100 gramos de caldo de cordero.

Elaboración

La pierna de cordero se puede pedir deshuesada al carnicero, pero llévate a casa el hueso con el que hacer un caldo que se aprovechará en esta receta. Para el caldo hay que un par de zanahorias, la parte verde y dura del puerro, romero, pimienta y sal.

Si la pierna está deshuesad sin abrir, se aprovecha el hueco para el relleno , aunque quizá haya que ensancharla. Si la pieza esta abierta, con enrollarla sobre el relleno y atarlo con un hilo de cocina o una malla de carne ya basta.

En una sartén amplia calentar con un poco de aceite de oliva virgen extra, donde se pone a pochar el puerro picado fino. Cuando esté blanco, añadir las setas y salpimentar al gusto.

Una vez hechas las setas, reservarlas. Es el momento de picar los pistachos, que no hace falta que queden muy picados y mezclarlos con los piñones y las setas.

Rellena la pierna de cordero y después átala con hilo de cocina o sujétala con una malla, pero sin apretar demasiado, solo lo suficiente como para que mantenga la forma y no se salga el relleno

Salpimentar la carne y untarla con el aceite. Colócala en la bandeja del horno untada también con aceite de oliva virgen extra y acompáñala con los ajos, unas chalotas peladas y las zanahorias cortadas en trozos grandes. Meter la bandeja al horno, que se ha precalentado a 170º C con calor arriba y abajo, y hornear durante 1 hora. Dar la vuelta a la pieza de carne y añadir el caldo y el vino

Pasado este tiempo, da la vuelta a la pierna de cordero con mucho cuidado y añade el vino y el caldo y hornear durante tres cuartos de hora más. A la media hora subir la bandeja un piso y volver a darle la vuelta para dorarlo por igual

Tras asacar la bandeja, se puede tapara mientras se deja reposar. Se puede aprovechar para pasar toda la salsa y el resto del acompañamientos, batirlos y así lograr una salsa más espesa y aromática.

Bizcocho de chocolate y pistacho

Los postres y los dulces también aumentan su atractivo con el empleo de los pistachos. Este bizcocho es un ejemplo.

Ingredientes

  • 3 huevos
  • 250 gr. de azúcar
  • 125 gr. de nata
  • 75 ml. de aceite de oliva
  • 220 gr. de harina de trigo
  • 1 sobre de levadura
  • Sal
  • 70 gr. de pistachos picados
  • 90 gr. de chocolate rallado

Elaboración

Batir en un bol grande los tres huevos junto con un poco de sal y el azúcar. Después verter las nata y mezclarlo todo bien. Añadir poco a poco mientras vamos removiendo y mezclando todo.

La harina se tamizará con un colador de manera que quede muy suelta. La idea es evitar que queden grumos cuando se vuelvan a mezclar todo los ingredientes. También es el momento de echar la levadura. Debe quedar una mezcla muy homogénea.

Es el momento de añadir los pistachos picados y el chocolate rallado y volver a mezclar todos los ingredientes.

Finalmente, verter la mezcla definitiva en el molde. Un buen truco para su desmolde posterior es cubrirlo con papel de horno lo más ajustado posible a los bordes. También se puede hacer embadurnándolo todo con mantequilla o margarina. Lo metemos a 180º C durante 40 minutos en el horno.