La pesca sostenible "se valora cada vez más". Miren Garmendia, secretaria de la Organización de Productores de Pesca de Bajura de Gipuzkoa (OPEGUI), que agrupa a 79 barcos y 641 tripulantes, lo tiene claro cuando se le pregunta sobre el estado de situación de esta apuesta, en la que participan decididamente decenas de pesquerías vascas por ofrecer productos de calidad bajo una concienciación clara de preservar el medio ambiente. "Pero no se trata de una tarea fácil", añade al recordar las exigencias que requiere obtener la certificación que concede Marine Stewardship Council (MSC), organización mundial independiente sin ánimo de lucro y que establece un estándar para la pesca sostenible.

Aurelio Bilbao, máximo responsable en Bizkaia de un sector que aglutina a 62 buques, también comparte las dificultades y el compromiso. "Queda mucho camino por recorrer, hace falta concienciación", admite en su diagnóstico, que oscila entre la confianza y el escepticismo. Bajo el prisma de su experiencia -"llevamos muchos años luchando"-, recuerda cómo fueron pioneros en favor de ese concepto de la sostenibilidad por la que ahora se aboga y que, advierte, "no tiene que quedarse solo en palabras, sino con ayudas concretas". Es ahí donde el director de OPESCAYA valora la aportación de las Administraciones y de MSC, aunque reconoce que "se necesita mucho dinero para darlo a conocer al gran público". Para Bilbao, el consumidor "cada vez exige más producto fresco, sobre todo a raíz de la pandemia, pero el factor del precio también condiciona mucho". De hecho, cree que "hay una mayoría que se fija más en el precio que en la sostenibilidad", trasladando finalmente al consumidor la suerte final de la oferta.

Desde Gipuzkoa han apostado por la pedagogía para ganarse la confianza del consumidor. Garmendia exhibe como botón de muestra la positiva experiencia en torno a Kofradia Itxaso Etxea, situada en el Muelle donostiarra, donde presentan a la sociedad sus productos a modo de restaurante con el tratamiento del pescado y muy especial de la anchoa y el bonito por su condición de certificados, así como de conservas y puntuales innovaciones en sus estanterías. "Nos damos a conocer y aportamos todo tipo de explicaciones que nos solicitan", subraya. Un paso cualitativo en su objetivo de representar al sector extractivo de la pesca y mantenerlo vivo y activo con una visión de largo plazo que posibilite el desarrollo de una actividad sostenible.

OPESCAYA fue constituida en el año 1986, con el objeto de adoptar las medidas necesarias para asegurar el ejercicio racional de la pesca y la mejora de las condiciones de venta de su producción, en el ámbito de Bizkaia. La flota, centrada en una pesca artesanal y sostenible y con 316 socios, despliega su faena en seis zonas: Zierbena, Lekeitio, Armintza, Bermeo, Santurtzi y Ondarroa, bajo las artes de volanta, cerco, palangre de fondo y rasco. Este compromiso fue reconocido en 2009 con el Premio Sabino Arana, como homenaje a las personas que destacan por su contribución a la sociedad a lo largo de su vida profesional.

Con el paso de los años, Bilbao admite que "se hace difícil" mantener este compromiso en el mar. "La pesca no atrae a las nuevas generaciones y el relevo se hace muy complicado", asume con aire preocupado. "El declive del sector te lo dicen las estadísticas de cómo se ha ido bajando en los últimos diez años". ¿Razones? "La falta de rentabilidad, las cuotas insuficientes y la desmotivación de los jóvenes para hacerse a la mar", concluye.

Un barco de la flota vasca, regresando a puerto.

Los Premios

Eroski y la empresa familiar navarra Arte Morhua figuran entre los galardonados por MSC durante la celebración de la II Semana Mares para Siempre, en reconocimiento a su compromiso con toda la cadena de valor implicada en la pesca sostenible en España.

En la categoría Pescaderías certificadas MSC, el premio ha sido para el Grupo Eroski por su labor pionera en el fresco a granel con sello azul, muy vinculada a la flota vasca certificada.

Por otro lado, el Premio Mares Para Siempre Gama de congelados MS ha sido concedido a Arte Morhua, que desde 2015 ha apostado por la pesca sostenible. En la actualidad más del 70% del pescado comercializado por esta empresa sale al mercado con el sello azul.

Certificado MSC del bonito y la anchoa del Cantábrico

En marzo de 2011 MSC abría sus puertas en España y Portugal con el reto de dar a conocer la organización en dos países en los que la pesca es uno de los motores económicos más importantes. En España genera más de 30.000 empleos directos.

Durante más de una década de trabajo de MSC en España se han certificado las siguientes pesquerías: pulso de Asturias; atún listado del océano Índico; bacalao del grupo Agarba; anchoa del Cantábrico; sardina del golfo de Vizcaya; bonito del norte del Cantábrico; y atún rabil de Jealsa y del de Anabc.

En 2020 se registró la recertificación de la pesquería de anchoa del Cantábrico, que en cinco años se había convertido en la primera pesquería europea de anchoa en obtener la certificación MSC.

En cuanto a la pesquería del bonito del Cantábrico, lleva certificada desde junio del 2016. Es una pesquería de bajura en la que el bonito se pesca con caña y a cacea. Cuenta con 164 barcos certificados del País Vasco, Cantabria y Asturias. En estos momentos está llevando a cabo su proceso de recertificación, tras casi cinco años en el programa y haber solucionado todas sus condiciones de mejora. Es la única pesquería de túnidos en el Atlántico que cuenta con unas reglas de control de capturas bien definidas, que permiten establecer automáticamente en cada momento cuánto se tiene que pescar para garantizar la sostenibilidad.

El desarrollo de estas reglas has sido fruto del trabajo de la pesquería con organismos de investigación como AZTI y con las administraciones nacionales e internacionales, especialmente en el seno de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico.