Rocío Carrasco ha estado este miércoles en El Programa de Ana Rosa (que se sigue llamando así pese a que Ana Rosa sigue de naja recuperándose de su enfermedad) y ha mantenido una larga e intensa conversación con Joaquín Prat. La hija de Rocío Jurado, serena, pero algo emocionada al final, ha admitido que si pudiera volvería atrás para cambiar cosas de su pasado.

“A mí me encantaría reescribir mi historia. Qué duda cabe que si la pudiera reescribir, mis hijos hoy por hoy estarían conmigo, porque no habría cometido los errores que cometí”, ha asegurado la anteriormente conocida como Rociíto, que en todo momento se ha referido a su exmarido Antonio David Flores como “el ser”, sin querer pronunciar su nombre.

Rocío Carrasco ha afirmado que a partir de ahora le gustaría apartar a su hija Rocío Flores de todos los líos. “Del episodio de mi hija he contado solo lo imprescindible, porque era la única manera de que se entendiera mi historia, de esos 20 años que he estado mermada, hundida, enterrada en vida, malviviendo. Sin haber contado eso, que es la obra maestra del ser, no se hubiera entendido nada. De eso se sigue hablando y solo genera dolor en ella y en mí. Yo he salido hace seis meses de estar bajo tierra y en seis meses no puedo cambiar toda esa bola, esa mentira que se ha formado. Pero ha llegado el momento, al menos yo lo voy a hacer, de dejar a mi hija a un lado”.

El gran error

Y ha sido entonces cuando ha reconocido que en todos estos años de sufrimiento cometió un gran error que ha condicionado su vida. “Cometí el error de darle la custodia compartida a un psicópata, pero lo hice porque no quería hacer daño a dos niños. Hoy la cosa sería diferente, pero ya no puedo cambiarlo”.

Sobre si esas palabras podrían suponer un acercamiento a su hija, precisamente colaboradora fija de El Programa de Ana Rosa, Rocío Carrasco ha declarado que por ahora ese momento está lejos. “Yo no estoy capacidada psicológicamente, médicamente y personalmente para dar los pasos que se me piden ahora rápidamente. Todo lo que hice durante esos 20 años fue mirando por la cara, la mente y la salud emocional de esos dos niños, pero me he equivocado para mí”.