En México es patente la importancia del perro en el Día de Muertos. Además de que las familias también honran a sus mascotas fallecidas, en la tradición mexica y tolteca estos animales son considerados guías que ayudan a las almas a alcanzar su descanso final. Se dice que el can, generalmente de raza xoloitzcuintle, ayudará a cruzar a las almas el río Itzcuintlán para llegar al Mictlán, la tierra de los muertos. Allí habitan la diosa y señora de la muerte Mictecacíhuatl, a la que también se conoce como Catrina,y su esposo Mictlantecuhtli.

Un desfile durante el Día de Muertos en México cuenta con una reprsentación canina.

Los perros de raza xoloitzcuintle, xolo para abreviar, son de origen mexicano y su principal característica es la falta de pelo. Algunos de ellos lucen mechones en lo alto de la cabeza, en la cola o a lo largo del lomo, pero es muy ralo. Este rasgo genético acarrea también la ausencia de premolares, por lo que es muy habitual que la lengua les cuelgue de la boca. Desde hace miles de años se les ha adjudicado la cualidad de comunicarse con los muertos, por lo que no es extraño que en estas fechas su protagonismo sea máximo

Coral es un cachorro de esta raza de apenas tres meses, por lo que ignora el simbolismo que acarrea su linaje para millones de mortales. Mientras remueve en el regazo de su dueño, Jorge Alvarado, este acaricia su piel, suave como la de una aceituna, y de un color bermejo poco común en los xolos, habitualmente negros. Alvarado lo trata con especial cuidado porque, según la tradición ancestral de los mexicas, los canes que velaban por los difuntos en la aciaga travesía al inframundo tenían color rojizo.

Un guía para los muertos

El xolo debía "acompañar al difunto y ayudarlo a sortear todos los obstáculos que había, como ríos, desiertos, flechas, navajas... Así lo establece la mitología", relata Alvarado.

Es más, si el difunto llegaba al Mictlán "y había maltratado a los perros, ya no pasaba de ahí", cuenta este economista que ha convertido su casa de las afueras de la capital en un centro de crianza y conservación de esta especie. Cuando regaló un xoloitzcuintle a su hija en el año 2000, no esperaba que 21 años después viviría con 40 ejemplares y habría atendido 300 partos, pero se enamoró de esta raza.

El relato mitológico que cuenta fue el que describieron los conquistadores españoles del siglo XVI, pero las investigaciones más recientes apuntan a que hay más leyenda que realidad. Raúl Valadez, biólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene claro que todos los perros tenían un "papel relevante" en los ritos funerarios prehispánicos, pero los españoles destacaron más a los ejemplares sin pelo porque nunca los habían visto. "No porque no hubiera otros perros, sino porque era el perro que les llamaba la atención", aclara.

Un 'error' de la genética

En el patio trasero de la casa de Alvarado, cuidadosamente decorado con orquídeas y motivos mexicanos, conviven una cuarentena de perros. Unos tienen pelo, otros no, pero todos son xolos.

"Desde el punto de vista genético el perro pelón (calvo) es un error", cuenta el biólogo, puesto que la falta de pelo se debe a un accidente que impide que la célula forme toda la proteína necesaria.

Este error genético es el que comparten todos los perros sin pelo del mundo.

Algunos ejemplares de xolo lucen una pequeña cresta en la cabeza. Foto: Anders Mejluang

Hay cinco razas calvas catalogadas. Además del xolo mexicano, se conocen el sin pelo del Perú, el pila argentino, el terrier americano y el crestado chino. Se cree que el xolo se originó hace 2.000 años en el occidente de México, y se desplazó con la migración humana hacia el sur, en países como Perú y Argentina, e incluso llegó en los barcos a China.

Pese a la falta de vello, no pareciera que perros como Tezontle, otro xolo rojizo que juega hiperactivo por la casa, tenga problemas de salud. De hecho, estos perros llegan a vivir entre 12 y 14 años. "La escasez de pelo les ha permitido endurecer la piel. He visto algunas agujas que se doblan al aplicar vacunas", recuerda el cuidador.

El perro de Frida Kalho y de México

La piel muy dura debieron tener los xolos para subsistir a la marginación que sufrieron durante la colonia española del actual México. Y es que se convirtieron en "el enemigo número uno de los clérigos" por el enorme simbolismo que tenían en las creencias religiosas locales, describe el biólogo.

Pero Valadez aclara que nunca han estado a punto de desaparecer: "Difícilmente pudiera haber estado en peligro de extinción porque su característica es dominante. No importa que lo cruces con un lobo o un coyote".

En 2017, la película Coco llevó al xolo a las pantallas y a las mentes de todo el mundo con el personaje de Dante, el dicharachero perro que acompaña al protagonista en el más allá.

El protagonista de 'Coco', Miguel, junto al perro xolo 'Dante'.

Pero el perro sin pelo es símbolo de México desde la década de 1930, cuando el nacionalismo mexicano comenzó a reivindicar su pasado prehispánico. "Es una época de gran nacionalismo cultural, donde Frida Kahlo, Diego Rivera y muchos más prometieron conservar los perros. Por eso se hizo famoso", cuenta Alvarado.

Se ponen de moda

Quizá por la película o quizá no. pero Cada vez hay más demanda de estos perros en el extranjero, como Estados Unidos, Europa (especialmente en Rusia, donde la xolomanía está en auge.

Pero mientras sostiene a Coral en su regazo, al criador no le gusta pensar en estos animales como un simple "perro de moda" que adquieren familias acomodadas, sino como seres que requieren de "mucho amor".

Esta demanda de cariño cuando se tiene casi 40 ejemplares puede ser un problema. "No puedo acariciar a un perro porque inmediatamente el que está atrás te reclama y exige la suya", revela risueño sobre este animal, considerado el mejor amigo de los hombres, tanto de los vivos como de los muertos