La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que depende del Ministerio de Sanidad, actualizó los listados de repelentes de insectos de uso humano y incluyó además un nuevo documento que indica cuáles de estos productos sirven para hacer frente al posible factor de transmisión del virus del Nilo Occidental.

Durante la época de verano, las altas temperaturas provocan una mayor proliferación de insectos y un aumento de la demanda de productos repelentes para estos bichos que pueden ser utilizados por las personas.

La finalidad de estos productos es controlar a los organismos nocivos, capaces de transmitir enfermedades infecciosas, mediante la repulsión. De esta forma, se evita el contacto humano-vector.

Suelen ser de aplicación directa sobre la piel de las personas aunque también se venden en soportes impregnados.

Los mejores del mercado

Repelente antimosquitos Relec Extra Fuerte en spray es considerado uno de los mejores para viajar a climas tropicales. Además es un producto con propiedades antiinfecciosas eficaz ante el mosquito tigre. También tiene una composición que disminuye el riesgo de contraer dengue, fiebre amarilla, malaria o zika. Ofrece 8 horas de protección y la edad mínima recomendada para su uso es de 2 años.

Repelente de mosquitos e insectos Autan Family es económico para climas templados e ideal para pieles secas. Además es bastante resistente al sudor. Tiene una eficacia superior a cuatro horas y actúa también contra arañas. Está en formato familiar y se aplica de una forma sencilla gracias a su atomizador.

Spray antimosquitos ISDIN XTREM que tienen excelentes propiedades cosméticas y que gracias a su tamaño compacto se puede llevar en el bolso. También es un repelente con una buena relación calidad-precio y bastante eficaz durante la noche. Además es un producto que emplea el principio activo no tóxico IR3535, el cual favorece al cuidado de la piel. La protección es eficaz durante más de cinco horas.

Los repelentes de insectos cuentan con una autorización sanitaria y, por tanto, su seguridad y eficacia en las condiciones establecidas en la etiqueta debe ser evaluada por la AEMPS o por la Dirección General de Salud Pública. Siempre debe incluir en el etiquetado el número de registro.