Perverso instrumento de Satanás: Para el momento en que nuestros lectores lean estás líneas, ya se habrá vuelto a consumar, en este caso, como prolongación del día, tan innecesaria y cansina como la disminución de hace seis meses. Y eso, en los mejores casos, porque hay personas y actividades a las que su repetición bianual les provoca un inmenso daño. Todo, cuando ya la inmensa mayoría de expertos coincide en que el presunto ahorro energético que sirvió como excusa para el adelanto y el atraso de las agujas del reloj es inapreciable. Vamos, que los trastornos son infinitamente mayores que las ventajas, pero no hay modo de parar la vaina, como lo prueba que se echara atrás la decisión de la UE de que el de la pasada primavera fuera el último.