Descubre insólitos y bellos parajes de la Comunidad Foral
Artazulo, el barranco de un río generoso
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Las aguas de la sierra de Andia caen hacia el sureste a través del barranco de Artazulo, una agreste escotadura de roca que alberga un nacimiento fluvial muy original, el del río Udarbe. Su auténtico caudal no se deja ver hasta el manantial de Arteta.
Ubagua, el desfiladero de las viejas encinas
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Olvidadas sendas de comunicación entre pueblos, veredas ganaderas y el nacedero del río Ubagua encaminan esta senda en la que la belleza centenaria de viejas encinas desvelará un bosque de fábula. A Riezu casi todo el mundo llega en busca del río Ubagua.
Diablozulo, la rotura de la Higa de Monreal
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Destacando en Alaitz, sierra exterior pirenaica en límite con la depresión del Ebro, se alza la Higa de Monreal o Elomendi (1.289 m) un imán para los deportes de naturaleza. El rincón más agreste es el cañón de Ixostia también conocido como Diablozulo.
Lumbier - Irunberri, detrás del primer tren eléctrico
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Su gran fama se la debe al río Irati, capaz de abrirse paso a través de la sierra de Leire dejando a la vista unos paredones rojizos espectaculares. Recorrerla por su interior es penetrar en un mundo rico en valores ambientales.
Arbaiun, la reina de las gargantas
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Sus espectaculares dimensiones y la belleza de su trazado la convierten en el cañón más bello de Navarra. Viento, agua y tiempo han ayudado a que sea una de las más salvajes e inaccesibles, un refugio de gran valor ambiental. El río Salazar se halla a escasa distancia de entregar sus aguas al río Irati, junto a Lumbier.
Burgi, una foz y muchos oficios
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Saber perdurar es la esencia de Burgi, puerta de entrada a Erronkaribar o de salida hacia Aragón. A su vera, el río Eska, cincelando la caliza de las sierras de Illon y Peña es el principal protagonista del paisaje.
Ehujarre, por la selva entre gigantes calizos
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Cerca de medio kilómetro de escarpe en la vertical abre este desfiladero por la ladera oriental del pico Lakora, en donde el corazón de Larra se hace Zuberoa. Remontarlo por su interior es penetrar en la selva pirenaica.
Aspurz y Santa Coloma, naturaleza vecina
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Abriendo el valle de Salazar encontramos dos foces, Aspurz la famosa, y Santa Colomba, la gran desconocida. Camino del sur atraviesan la sierra y son el objetivo de este sendero asomado a la bravura fluvial que talla barrancos.
Gaztelu, el refugio del búho real
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El río Irati se detuvo al llegar al embalse de Itoiz. Se inundó el desfiladero que había tallado entre el pueblo de Usoz y el barranco de Uloci. Pero aún conserva sus laderas abigarradas de carrascas y bojes incapaces de ocultar el crestón calizo que le hace inconfundible entre los pliegues de las sierras prepirenaicas.
Berrendipea, el olvidado barranco de Irati
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Caminos vecinales, que superaban las dificultades de vivir entre montañas, caídos en el olvido y la soledad. Solitarios y envueltos de hayas, hoy son una excelente manera de adentrarse en Irati por uno de los desfiladeros más desconocidos. Con laderas de bosque cerrándose sobre él, lo muestran casi inaccesible a primera vista. Es un reto situado en las inmediaciones de Orbaitzeta.
Zologorri, caminos a la sierra de Lokiz
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El aprovechamiento comunal de las praderías serranas hizo que el hombre se abriese paso por la vertiente meridional de la sierra de Lokiz conquistando para ello lo más intrincado del barranco de Zologorri a través de sendas extraordinarias.
Las aguas de la sierra de Andia caen hacia el sureste a través del barranco de Artazulo, una agreste escotadura de roca que alberga un nacimiento fluvial muy original, el del río Udarbe. Su auténtico caudal no se deja ver hasta el manantial de Arteta.