ESPAÑA 33

AUSTRIA 33


España (15+18) Pérez de Vargas; Aleix Gómez (8, 4p), Maqueda (1), Dani Dujshebaev (1), Peciña (1), Casado (2) y Ángel Fernández (3) –siete inicial–. También jugaron Sergey Hernández (ps), Álex Dujshebaev (1), Figueras (2), Garciandia (3), Serdio (2), Cañellas, Morros, Tarrafeta (7) y Dani Fernández (2).

Austria (17+16) Mostl; Weber (4, 2p), Zivkovic (5), Hutecek (3), Bilyk (7), Frimmel (4) y Wagner (5) –siete inicial–. También jugaron Hausle (ps), Mahr, Bozovic (2), Belos, Herburger (3), Mittendorfer, Dambock, Nigg y Miskovez.

Marcador cada cinco minutos 2-3, 4-6, 9-11, 11-14, 15-15 y 15-17 (descanso); 19-19, 23-22, 25-24, 27-28, 29-31 y 33-33 (final).

Árbitros Mazeika y Gatelis (Lituania). Expulsaron con tarjeta roja directa al jugador español Álex Dujshebaev (m.27). Además, excluyeron por dos minutos a Morros, Tarrafeta, Serdio y Maqueda por España; y a Zivkovic, Frimmel y Hutecek por Austria.

Pabellón SAP Arena de Mannheim, ante 13.293 espectadores.


La selección española de balonmano, vigente subcampeona continental, se despidió del Europeo de Alemania, tras quedar eliminada en la primera fase al empatar este martes 33-33 con Austria, en un choque en el que a los Hispanos no les sirvió de nada la auténtica lección de carácter que ofrecieron en la segunda mitad.

Un tiempo en el que los de Jordi Ribera tuvieron que jugar sin su gran estrella, el lateral Álex Dujshebaev, que vio la tarjeta roja directa a falta de tres minutos para llegar al descanso por una acción, en la que los colegiados, tras revisar las imágenes de video, estimaron que había golpeado el rostro del Lukas Hutecek.

Castigo posiblemente excesivo, pero que se unió a la serie de constantes desgracias, en forma de lesiones por ejemplo, que ha ido padeciendo a lo largo de un Europeo, que ya arrancó torcido con la contundente derrota (29-39) que encajó ante Croacia en la primera jornada.

Abel Serdio, defendido por Tobias Wagner. CHRISTOPHER NEUNDORF

Un tropiezo que obligaba a los Hispanos a ganar todos los partidos, lo que no pudo hacer este martes ante Croacia, pese a que llegó a los últimos minutos en disposición de poder alzarse con el triunfo.

De hecho, España afrontó los últimos 45 segundos con ventaja (33-32) en el marcador tras un gol de penalti de Aleix Gómez, pero Austria, a la que a diferencia de al conjunto español sí le valía el empate, gozó de una última posición que Bozovic no desaprovecho para marcar el definitivo 33-33, que ya hizo estéril el postrero lanzamiento final de Imanol Garciandia.

Doloroso final para un torneo y un encuentro en el que los Hispanos no encontraron nunca la forma para mostrar esa sólida imagen que les había permitido alcanzar las últimas cuatro finales continentales.

Tal y como volvió a ocurrir este martes en un choque en el que cuando mejor estaba jugando en defensa, con Álex Dujshebaev cortando todas las líneas de pase desde la posición de avanzado y Viran Morros barriendo todo a sus espaldas, llegó la expulsión que lo cambió todo.

Sin Álex Dujshebaev no sólo se quedaba sin su gran estrella, sino también sin el hombre que estaba liderando la defensa con su velocidad de piernas manos.

Circunstancia que condenó a los de Jordi Ribera a marcharse con una desventaja de dos goles (15-17) a los vestuarios, donde se fraguó la conjura que permitió a España reaccionar en el inicio de la segunda mitad.

Un arranque del segundo período en el que el conjunto español, gracias a las paradas de Gonzalo Pérez de Vargas, y sobre todo a los goles de Ian Tarrefeta, que demostró que además de un magnífico director de juego puede ser también un sensacional finalizador, logró no sólo enjugar su diferencia, sino ponerse por delante en el marcador (19-18).

Clara muestra de la fortaleza mental de un equipo español que, sin embargo, no pudo distanciarse de los centroeuropeos, lo que condenó a los Hispanos a un agónico final, como reflejó el 28-28 con el que se llegó a poco más de nueve minutos para al final.

Agustín Casado abandonó el partido en la segunda parte lesionado. CHRISTOPHER NEUNDORF

Momentos decisivos en los que España tampoco pudo contar con Agustín Casado que tuvo que abandonar la pista dolido tras un duro encontronazo con un rival que se quedó sin sanción.

Todo lo contrario que Austria que en los momentos de duda siempre encontró el brazo salvador de Mykola Bilyk, lo que no impidió a España, gracias a dos paradas finales del navarro Sergey Hernandez, llegar al último minuto por delante en el marcador (33-32).

Un tiempo en el que se consumó el desastre del equipo español, cuya causa no se encuentra en el partido de este martes, sino en la derrota inicial ante Croacia.