Boca arriba, boca abajo, del lado derecho o del lado izquierdo, cada uno tiene su postura favorita a la hora de dormir. Aunque parece un hecho irrelevante a merced del gusto de cada uno, no lo es, ya que hacerlo de una forma o de otra puede conllevar importantes beneficios o serios perjuicios para nuestra salud.

Si tenemos en cuenta que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, la cuestión es más seria de lo que parece y puede influir considerablemente en nuestro bienestar y en nuestra calidad de vida.

Los expertos coinciden en que hay una postura mejor que es mejor que las demás y destacan los grandes beneficios que tiene dormir acostado sobre el lado izquierdo. Entre estos destacan:

1- Corazón. Por una cuestión de gravedad, esta postura facilita al corazón el bombeo de la sangre: la aorta sale del corazón haciendo un arco hacia el lado izquierdo para llegar después hasta el abdomen.

2- Circulación. Acostado del lado izquierdo, ningún órgano del cuerpo presionará la vena aorta, por lo que la sangre cargada de oxígeno circulará mejor por el sistema circulatorio. Tampoco nada comprimirá la vena cava inferior, lo que facilitará el retorno de la sangre con las sustancias de desecho hacia el corazón.

3- Digestión. Esta postura favorece la digestión evitando que los ácidos del estómago suban a la boca provocando malas digestiones, reflujo esofágico y acidez. Como los intestinos están también ligeramente inclinados hacia la izquierda, los alimentos serán digeridos con más facilidad.

4- Drenaje linfático. El bazo también está hacia el lado izquierdo por lo que los productos de desecho que viajan por el sistema linfático se filtrarán mejor y serán eliminados antes y de forma más eficaz.

5- Cerebro. Esta postura facilita el drenaje linfático del cerebro y ayuda a eliminar desechos del sistema nervioso como el exceso de proteínas, vitaminas, grasas y residuos del cuerpo. Esto permite mantener una adecuada presión sanguínea, un buen funcionamiento del sistema inmune, de la oxigenación del cuerpo en general y del cerebro en particular, lo que hará que te levantes mucho más despejado.

6- Ronquidos. Acostarnos del lado izquierdo puede ayudar a mantener las vías respiratorias abiertas, reduciendo los ronquidos (apnea obstructiva del sueño).

Una mujer duerme acostada sobre el lado izquierdo.

7- Columna vertebral. La espalda se mantiene en una posición neutral, más alineada, si te acuestas del lado izquierdo. Evitarás que el peso recaiga en esa zona, por lo que si sufres dolores de espalda es la mejor postura para aliviarla.

8- Embarazo. Esta postura en mujeres embarazadas facilitará la llegada de la sangre y de los nutrientes a la placenta, comprimirá menos los pulmones de la madre y reducirá la presión del feto y de otros muchos órganos.

Pese a sus muchas ventajas, dormir acostado del lado izquierdo también presenta un inconveniente y es que esta posición puede ejercer cierta presión sobre las extremidades. Esto puede generar estrés en músculos y nervios y puede afectar a la circulación sanguínea en la zona de apoyo. Sin embargo, esto tiene fácil solución: basta con colocar una almohada entre las rodillas.

Puede que no te resulte fácil cambiar de postura después de muchos años durmiendo de una forma determinada. No pretendas conseguirlo de un día para otro y tómate tu tiempo de adaptación. No pierdes nada por intentarlo; tienes muy poco que perder y mucho que ganar.