El pintor sereno y doliente, de mirada compasiva. Buscador de la paz, de la fe; de lo sublime incluso en lo más cotidiano; y, en esa búsqueda, siempre, con una renuncia voluntaria al ego, al peso del artista en su obra. Sabedor de que el vacío también es el cuadro.

Así es Juanjo Aquerreta. Pintor y escultor de culto, artista único, con una gran proyección fuera y cuya obra –en la que siempre está retratando la creación–, hacía mucho tiempo que no se veía en su tierra. La feliz oportunidad la brinda ahora el Museo de Navarra, que desde este viernes 24 de marzo dedica al ceador pamplonés una exposición antológica con más de 90 obras, entre dibujos, pinturas y esculturas.

Aquerreta... y semejanza. Heian Shodan, visitable hasta el 3 de septiembre, se propone dar a conocer las principales motivaciones, influencias y temáticas de la obra de quien fue Premio Nacional de Artes Plásticas en 2001.

Comisariada por Pedro Luis Lozano Úriz, la exposición es una muestra de la generosidad del autor, que ha querido compartir espacio con dos de sus discípulos y compañeros de estudio y asuntos pictóricos, los artistas Diego de Pablos y José Antonio Jiménez, quienes aportan, respectivamente, 5 y 7 obras en la sala 3.8 del Museo (tercera planta). “Son las personas que me ayudan a mí, lo normal es que estén conmigo. Forman parte de mi trabajo, y yo del suyo”, dice un “agradecido” y “agotado” Aquerreta. “Esta exposición ha supuesto un trabajo fuera de lo normal. Ya no tengo costumbre de tratar con este tipo de problemas”, ha reconocido este viernes tras la presentación de la muestra en rueda de prensa.

De izda a dcha: José Antonio Jiménez, artista; Diego de Pablos, artista; Pedro Luis Lozano, comisario de la exposición; Juan José Aquerreta, la consejera Esnaola, Mercedes Jover, directora del Museo de Navarra; y Susana Irigaray, directora del Servicio de Museos

En las salas se exponen los géneros fundamentales del trabajo de este consagrado artista: bodegón, paisaje y retrato, con obras realizadas entre los años sesenta y la actualidad, incluyendo dibujos que ha alumbrado en los últimos meses, principalmente retratos de Vírgenes con el niño y de Jesús Salvador.

En la selección de las obras ha participado activamente el propio autor, quien desde el primer momento propuso que fuese una exposición colaborativa. La muestra se completa con la edición de un catálogo (300 ejemplares, a la venta por 20 euros) que recoge textos del comisario, de Juan Manuel Bonet y de Francisco Calvo Serraller.

“El peso del dolor, la búsqueda de la paz y la renuncia al ego marcan el trabajo de Aquerreta”

Pedro Luis Lozano Úriz - Comisario de la exposición antológica

Del dolor a la paz, a través de la fe y la renuncia al ego

Según la visión del comisario de la muestra, el arte de Juan José Aquerreta nace del dolor. “El sufrimiento ha sido una constante en este pintor y de ahí surge una relación con la filosofía de Schopenhauer, quien sostiene que toda vida es dolor”. Ahora bien –continúa Lozano Úriz–, “frente a la agonía atea del filósofo alemán, Aquerreta encuentra en la fe de Cristo y de una vida más allá de la muerte un proceso de redención”. Esto da sentido no solo a su trabajo pictórico sino a todo su existir, y activa su búsqueda de la serenidad y la paz.

Ahí surge la segunda parte del título de la muestra, Heian Shodan / Paz y tranquilidad, primer kata de karate de Shotokan, deporte practicado por Aquerreta durante años, en el que ha alcanzado el cinturón negro.

El sufrimiento de la vida se expresa en la primera sala de la exposición con obras muy representativas que sintetizan la visión del ser humano como un esclavo encadenado a los deseos y al sufrimiento (Huida del esclavo de Saturno n.º 1). El hombre es un ser trágico, capaz de verse abocado incluso al suicidio (Apolo ingrávido, 2º Nacimiento).

Ahora bien, este ser doliente puede encontrar su salvación en el mensaje de redención de Cristo, simbolizado por el Díptico de San Esteban. Este cuadro, el retablo mayor de la Parroquia de San Esteban de Gorráiz, interpela directamente al espectador de la exposición, invitándole a reflexionar sobre el camino que desea tomar en su vida. Aquerreta también recuerda que la aceptación de la Buena Nueva no es una opción unipersonal, sino que para ella es necesario el don de la fe, simbolizado por un cuadro abstracto, dado que la fe es invisible (Díptico de la fe).

Depuración de elementos en el cuadro

En esta búsqueda de la paz y la serenidad, tan importante es la fe como el combate contra la esclavitud de los deseos y las tentaciones ególatras del yo; por ello, tanto la vida como la obra de Aquerreta tienen un importante componente ascético, algo muy visible en sus vacíos pictóricos, en sus texturas y en la reducción de los elementos compositivos. “Es una renuncia, una depuración de elementos que parte de la creencia de que cuanto menos esté el artista en el cuadro, mejor”, dice Pedro Luis Lozano Úriz.

Las claves estéticas de las que se sirve Aquerreta son opuestas. Por un lado, hay una profunda relación con el clasicismo y la estética primitiva, visible en su relación con la escultura clásica griega, el Picasso neoclásico, los pintores del Cuatrocento italiano y el mundo oriental de los iconos. Frente a ellos, el artista apuesta por la modernidad con referencias vanguardistas como Matisse y el Pop americano con figuras como Warhol, muy importante en su interés por las series, los retratos fotográficos y su relación con el mundo de los iconos.

“Mis discípulos tenían que estar, son quienes me ayudan a mí, forman parte de mi trabajo y yo del suyo”

Juan José Aquerreta - Pintor y escultor

Este aspecto, el de los iconos religiosos, está muy presente en los últimos trabajos de Aquerreta y se muestra en la sala 3.8, poblada de retratos y que alude al título de la exposición ...y semejanza. “En su búsqueda, Aquerreta halla en los rostros de cualquier ser humano una relación de semejanza común al ser todos hermanos, hijos de Dios”, explica el comisario de la muestra, concluyendo que el artista navarro “escapa a todas las definiciones y solo es comprensible desde la compasión, desde el amor a todo hombre, naturaleza u objeto”.

Actividades complementarias

La exposición podrá visitarse acompañada por el propio comisario de la muestra este domingo 26 de marzo, a las 12. 30 horas. Además, se realizarán visitas durante los domingos de abril, mayo y junio, las cuales se irán anunciando en la web del Museo de Navarra.

La muestra de complementará con una conferencia a cargo de Pedro Luis Lozano Úriz (doctor en Historia del Arte) bajo el título Aquerreta, un primitivo contemporáneo. La conferencia será el 3 de mayo, a las 19.30 horas, en el salón de actos del propio Museo.

Por otro lado, los talleres infantiles de Semana Santa se centrarán en la muestra de Aquerreta. Los talleres, dirigidos a niños y niños entre 5 y 12 años, tendrán lugar del 11 al 14 de abril, a cargo de La Chincheta Bruna. Las inscripciones pueden realizarse en la taquilla del Museo de Navarra, en horario de apertura del museo, por orden de llegada y hasta que se agoten. El precio de la inscripción es de 15 euros.