Valeria Castro comenzó su carrera con cierta timidez, escondiéndose detrás de las composiciones ajenas que versionaba por miedo a defender sus propias canciones. A través de las plataformas digitales hizo suyos temas de Jarabe de Palo, Los Piratas, Pereza, La Oreja de Van Gogh o Joaquín Sabina, entre otros. Eran interpretaciones sencillas y desnudas, generalmente con el único acompañamiento del piano o la guitarra acústica. En esa intimidad su voz brillaba con luz propia y sus seguidores comenzaron a aumentar. También ayudó el hecho de que el mismísimo Alejandro Sanz compartiese su versión de Desde cuándo en todas sus redes sociales. Había conseguido lo que pocos logran, distinguirse en medio de un tsunami digital que acoge ciento veinte mil nueva canciones cada día. Decía Leonard Cohen que existe una grieta en todas las cosas y que, a través de ella, se filtra la luz; es un alivio comprobar que también el algoritmo tiene sus fisuras y recibir, por una vez, una propuesta sincera y natural en medio de tanta impostura fatua. Como ella misma expresa en una de sus letras: “Que haya algo atemporal / que haya tanto que cantar / que haya alguien que no mienta / que haya algo que siempre sienta / que haya un resquicio en la mente / que se mantenga presente (…) Que lo que canto no tiene más / que lo que llevo dentro / que es todo lo que siento”.

En 2021, una vez pasado el confinamiento y lo más duro de la pandemia, Valeria se armó de valor y lanzó su primer epé, que llevaba por título Chiquita, como solía llamarle su madre. Estaba formado por seis canciones en las que rendía homenaje a mujeres luchadoras como su madre y su abuela, en el plano más cercano, o a artistas como Silvia Pérez Cruz, Natalia Lafourcade, Silvana Estrada o María José Llergo, en el plano profesional. Su lista de seguidores seguía creciendo a muy buen ritmo y este 2023 ha sido el año elegido por la artista para publicar su primer disco largo, Con cariño y con cuidado. El álbum es un buen muestrario de los estilos que ha practicado hasta ahora, ese folk sereno y cercano que no hace ascos a otros géneros como la rumba o, por supuesto, la música tradicional de su tierra, presente en el uso del timple canario (lo toca Benito Cabrera).

Nacida en las Islas Canarias, algunas de sus canciones remiten a la erupción del volcán Cumbre Vieja, a finales de 2021. Es el caso de Hogar (“Y hay ganas de un futuro / en el que el cielo no esté oscuro / hay rumbo y navegantes / hay una isla bonita / y hay que seguir pa’lante / que un hogar es quien lo habita”), o La raíz (“Pasó lo que tenía que pasar / y no pienso hacer nada más / más que quedarme aquí / cuidando la raíz / cuidando la raíz”). Ha sido precisamente este último tema el que le ha valido su primera nominación a los premios Latin Grammy, en la categoría de Mejor canción cantautor. Al conocer la noticia, Valeria escribió en sus redes sociales: “Para alguien que viene de un sitio tan pequeño como es la isla de La Palma, llegar a algo tan grande con los Latin Grammy es algo que pensé que ni podía soñar. “La raíz” nació de mi tierra, esto es lo más bonito que pude imaginar nunca”. Y es que a sus 24 años, la canaria tiene un futuro muy prometedor por delante. Más que una joven promesa, puede decirse que es ya una sólida realidad: esta noche actúa en el Teatro Gayarre, con las entradas agotadas desde hace varias semanas, y lo mismo está a punto de suceder con las fechas que tiene anunciadas en Sudamérica.