Devociones de un paraíso ambulante es el título de la nueva exposición del artista Iosu Zapata, que fue inaugurada el jueves en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona. En esta, casi un centenar de obras como dibujos, pinturas, grabados o vídeos retratan las andanzas, los viajes y las influencias que el país de México ha dejado en el pamplonés. 

La muestra fue presentada en la Ciudadela, en un acto en el que Zapata dialogó con el técnico de Artes Plásticas del Ayuntamiento de Pamplona, Javier Manzanos, que afirmó que esta exposición “nos trae un aire fresco”, y que el artista “es el puente entre Pamplona y México y un embajador de los artistas de aquí que parten al país azteca”.

Las casi cien obras que conforman la muestra atestiguan la versatilidad creativa de Zapata, cuya obra busca invitar al público a reflexionar y tomar partido. La exposición se divide en tres ejes temáticos que tratan las devociones, los jardines y lo ambulante mediante técnicas muy variadas. A través de su arte, el artista establece diálogos con todo lo que tiene que ver con la mística, con lo religioso, la idea de la fe desde el arte. 

El autor describe su estética como Metakitsch, es decir, que va más allá del Kitsch, qué hay más allá de la estética. “Con los años, haciendo un poco de retrospectiva, me he dado cuenta de la importancia que tiene el arte como elemento transformador”, resaltó el artista, que considera que “lo que nos va a dar un espíritu crítico es la cultura, no desde una pedantería intelectual, sino utilizándola para cuestionarlos las cosas.

Iosu Zapata llegó por primera vez a México en 2013, y lleva ya una década conviviendo con este país. El proyecto La Chabola Nómada fue el que le generó un vínculo con el país azteca. Se trata de una mini galería ambulante que iba recorriendo el país, invitando a artistas a que interviniesen el espacio.

“Estando en México, yo me encontré con la realidad ambulante. Yo iba con mi idea de arquitectura popular y arquitectura precaria y de repente empecé a entender que la cuestión ambulante era un símbolo de subversión al sistema capitalista”, afirmó Zapata, que añadió que “las normativas que vivimos en Europa nos imposibilitan ser dueños de nuestras propias profesiones pero en México cualquiera se monta su puestito de tacos y órale, como se dice en México, a buscarte la vida”.

Las capillas populares son otro de los elementos de la cultura popular mexicana que fascinan al artista. Zapata las describe como “ un híbrido entre un puesto ambulante, una capilla y el jardín, entendido como la idea del paraíso”. 

Para él, en México hay una parte de la religión muy interesante, el realismo mágico, que considera que se ha perdido en occidente al relacionarse con el aspecto político. “Yo creo que la cuestión de la fe trasciende lo político, debe ser algo donde poder acogernos, un refugio individual o colectivo de cada uno”, afirmó. Por ello, estas construcciones están retratadas en la exposición. “La Ciudad de México tiene una serie de problemas y para solucionarlos, ponen una virgencita. Es street art con una funcionalidad y una efectividad en su acción”, destacó.

Zapata celebró el contraste de colores fuertes como el rosa y el azul de México frente al gris de occidente. El artista considera que viajar a México le aporta esperanza, al ver oficios tradicionales que allí no se han perdido pero que en la sociedad occidental creen que es más contemporáneo omitir. En consecuencia, todos los elementos expuestos en el Pabellón de Mixtos están realizados a mano, invitándonos a plantearnos reflexiones sobre arte y devoción