Para muchas personas, leer es un refugio, una vía de escape de la realidad, ¿y qué mejor manera de refugiarse de la lluvia y del frio que sumergiéndose en una reconfortante lectura?

El Día del Libro comenzaba este martes pasado por agua, con temperaturas frías y tiempo lluvioso que mejoraron por la tarde. Sin embargo, las condiciones climáticas no fueron impedimento para que las librerías y editoriales de Navarra salieran a la calle a acercar su oferta a los lectores. Los libros resistieron ayer el mal tiempo y también lo hicieron las ganas de leer de los lectores y lectoras.

Pese al tiempo desapacible, ya desde la mañana la calle Carlos III de Pamplona se llenó de curiosos que buscaban un libro entre los 20 puestos de las 18 tiendas y 6 editoriales que este año participaban en el XVII Día del Libro y de la Flor, organizada por la Asocaición de Librerías de navarra Diego de Haro en colaboración con el Ayuntamiento de Pamplona.

Quienes acudieron a las librerías lo hacían para abastecerse de lecturas para el resto del año, sobre todo para el verano, aprovechando el 10% de descuento y también para tratar de encontrar el título ideal. Entre los más demandados, novedades como Amor capital/Maitasun Kapitala de Karmele Jaio o lo último de Eduardo Mendoza, Joel Dicker o García Márquez.

“Siempre voy a la búsqueda de libros nuevos y la feria me parece una buena herramienta para descubrir obras”, comentó Saioa, una joven de 25 años para quien leer significa “poner el cerebro en marcha imaginando los personajes y escenarios que plantea una novela, además de reforzar su vocabulario”, expresó.

Para algunas personas, como Rosa, asistir al Día del Libro es una cita anual a la que no se puede faltar. “Llevo toda la vida acudiendo y siempre me compro algún libro. No lo llevo pensado, pero mirando siempre encuentro alguno que me llama la atención”, resaltó, añadiendo que “es una oportunidad de ojear libros con tranquilidad de muchas librerías diferentes”.

Otros, como Antonio, informático de 58 años, consideran que leer es una forma de alejarse de las pantallas. “Últimamente estoy bastante saturado de tanta televisión, tanta pantalla y tanto Netflix y he vuelto a retomar la lectura”, apuntó. 

Tampoco faltaron los más txikis, que también pudieron encontrar títulos para ellos en librerías como Kokea, que abrió hace unos meses en el Soto Lezkairu. Según Mikel Gómez, uno de los socios, hay dos tipos de libros para niños y niñas. “Uno te invita a interactuar con los txikis, que tienen que seguir el cuento haciendo determinadas actividades y otro es un cuento bonito que les podamos contar, que podamos sentarnos con ellos e invertir un tiempo en nuestro día”, explicó. Gómez destacó además que, en un contexto de digitalización del ocio y de la lectura, los padres siguen comprando muchos libros para los más peques. “La gente invierte mucho en cultura”, añadió Nuria Ganuza, otra socia de la librería.

Este año, cabe destacar especialmente la presencia de la librería Abarzuza, que salió a la calle por última vez antes de que baje sus persianas para siempre por jubilación de la dueña, Marcela Abarzuza, perteneciente a una larga saga familiar de libreros. Para ella, el Día del Libro es algo “fabuloso, un fenómeno interesantísimo” ya que “es un escaparate para que las clientas vean qué tienen en la librería, recordarles que las librerías seguimos ahí todo el año”, expresó. Además, mostró optimismo con respecto al futuro de la lectura en papel. “Siempre han dicho que hay una crisis de los libros, pero yo auguro un buen futuro para el papel. El libro en papel ha subsistido a muchas cosas”, apuntó la librera. “Las librerías tampoco estamos en contra de las nuevas tecnologías; estamos en contra de la piratería que hay en internet”, añadió. 

En el marco del Día del Libro, como en años anteriores, se realzó la importancia de las flores, siguiendo la arraigada tradición de San Jordi en Cataluña. Todas las personas que realizaron una compra en cualquiera de las librerías participantes tenían derecho a recibir una rosa roja presentando el tícket. Sin embargo, en lugar del tradicional reparto gratuito de flores, los ciudadanos tuvieron la oportunidad de colaborar con causas sociales adquiriendo una rosa por un precio simbólico de un euro. Para facilitar este gesto solidario, se habilitó un espacio específico de reparto de flores, que estuvo atendido por personal voluntario de COCEMFE, la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Navarra, elegida como entidad beneficiaria. El dinero recaudado se destinará por completo a la compra de libros por parte de la Asociación de Librerías Diego de Haro, y este lote de libros será entregado a COCEMFE como parte de esta colaboración solidaria.

Lectura de 'El Quijote'

Además de la presencia de los puestos en la calle, al igual que cada año, también se llevó a cabo la lectura pública de El Quijote, un evento que se repite en todo el país y que en Navarra celebró su vigésimo quinto aniversario en esta ocasión. 

Esta contó con la presencia de la consejera de Cultura, Deporte y Turismo, Rebeca Esnaola, que también hizo una visita matutina a los puestos de libreros y editores, destacando la importancia de seguir celebrando el Día del Libro a pesar del mal tiempo. Según Esnaola, esta celebración ayuda a destacar la importancia del libro en la vida cotidiana y a resaltar el papel fundamental de las librerías en la recomendación de lecturas adecuadas para cada persona.