La sequía y el pedrisco se han ensañado este año con el campo navarro que va a registrar récord de indemnizaciones por el número de hectáreas perjudicadas por estos fenómenos meteorológicos extremos.

Agroseguro ha contabilizado ya 88.800 hectáreas dañadas hasta el pasado 1 de septiembre –todavía no están incluidas las afectadas por el granizo de la madrugada del 10 de septiembre en Fitero, Cintruénigo y Corella–. Los agricultores y ganaderos van a percibir por los daños en sus cultivos más de 30 millones de euros, según la previsión de esta entidad. 

Navarra cuenta con casi 297.000 hectáreas de distintos cultivos.

La directora territorial de la Zona Norte de Agroseguro, Mari Luz Cano, manifiesta que por el momento se han abonado casi 15 millones de euros, y adelanta que 2023 se va a convertir en el ejercicio de “mayor siniestralidad en la Comunidad Foral, en línea con lo que está ocurriendo en el resto del país con el seguro agrario”.

“Desde hace siete años hay más eventos dañinos y frecuentes, que han venido para quedarse”

Mari Luz Cano - Directora Zona Norte de Agroseguro

Hasta ahora la mayor indemnización en nuestro territorio se había desembolsado en 2017, con un montante de unos 26 millones.

Cano indica que “desde hace siete años, hay más eventos dañinos y frecuentes, que han venido para quedarse”. 2023 comenzó con una sequía inusual para un invierno, y en mayo llegaron las lluvias intensas y tormentas con granizo. Esta combinación ha impactado principalmente en el cereal, ya que el 88% de las hectáreas agraviadas se corresponden a herbáceos extensivos.

La entidad que gestiona los seguros agrarios ha sumado 78.326,06 hectáreas de cereal deterioradas, pero ocurre que en una misma parcela puede haber influido de manera negativa la sequía, y después el agua o el pedrisco. Por ello, en este número de hectáreas se puede producir una duplicidad, ya que Agroseguro primero indemniza una superficie por la sequía, y luego puede volver a hacerlo en la misma por otro fenómeno.

Tras el cereal, uva y hortalizas de primavera y verano aglutinan el 8,1% de las hectáreas siniestradas; y el 3,9% restante se reparte entre frutales, olivares, cerezos y hortalizas de otoño-invierno, etc.

Acostumbrados, pero...

Tanto el presidente de UAGN, Félix Bariáin, como el de EHNE, Fermín Gorraiz, recuerdan que los episodios de sequía y humedad son cíclicos, pero reconocen que se pueden estar agravando con el cambio climático. “No vamos a ponernos una venda en los ojos”, insiste Bariáin.

De esta forma, Gorraiz añade: “Ha sido un año de preocupación y terrorífico en Navarra. Suele ocurrir que después de una gran sequía se produce una época de gran humedad. No podemos obviar qué ha ocurrido en Grecia o Libia recientemente. Son fenómenos naturales que tarde o temprano pueden llegar aquí y hay que tomárselos en serio”.

“Las recolecciones se adelantan; donde antes se vendimiaba en octubre, ahora en septiembre”

Félix Bariáin - Presidente de UAGN

Algunos datos desvelan alteraciones. Por ejemplo, Bariáin señala que hace tres décadas en la Baja Montaña la vendimia comenzaba en octubre y ahora se ha adelantado 20 días. 

Jesús Goñi, coordinador de Experimentación y Fincas de Intia, relata que el sector primario “siempre ha sufrido sequías”, aunque ahora “pueden repetirse con asiduidad”. Además, subraya que las lluvias torrenciales del primer fin de semana de septiembre son históricas. 

A pesar de ello, también reitera que, según el tipo de cultivo, actualmente el anticipo de recolecciones puede deberse más al material utilizado que al propio clima. “Estamos estudiando el comportamiento del trigo antiguo local, y hemos comprobado que sus ciclos eran más largos, y que si ahora se utilizarían, los profesionales estarían cosechando en septiembre”, ejemplifica. Con el cambio climático Intia observa a través de sus ensayos que los cultivos y sus enfermedades se van adecuando a esa realidad.

Mitigar

Pero no solo consiste en amoldarse, sino también deben impulsarse medidas para frenar su avance, como expone Bariáin. Aunque reitera que “todos las actividades económicas tienen que actuar para reducir sus emisiones de CO2”. El presidente de UAGN denuncia que “siempre se señala al sector primario como uno de los principales causantes de esta situación, cuando a nivel global representan entre un 10% y 12% de esas emisiones”.

Cómo afecta la merma de la cosecha

Los fenómenos meteorológicos extremos, como la sequía y las lluvias torrenciales, han provocado que Navarra haya registrado la peor campaña cerealista en 20 años con una producción de 630.000 toneladas de grano recolectado, un 7% menos, según los datos de Intia. Si se analiza por zonas, el resultado varía, ya que las últimas lluvias beneficiaron la cosecha en la Cuenca de Pamplona, cuenta Gorraiz.

“Estos fenómenos meteorológicos extremos hay que tomárselos en serio”

Fermín Gorraiz - Presidente de EHNE

Pero, ¿una mala cosecha tanto en la Comunidad Foral como en el resto del Estado repercute en el precio final de la cesta de la compra? Tanto Bariáin como Gorraiz coinciden en que a pesar de que haya habido una menor recolección, todo depende del mercado global, y como ejemplo de ello, actualmente el valor del cereal está bajando. Bariáin hace hincapié en que hay que hablar de “seguridad y calidad alimentaria” y censura “la competencia desleal de productos importados por la UE de otros países, como el cereal, en los que se usan fitosanitarios que aquí están prohibidos”. A eso le llama “terrorismo alimentario” y culpa de ello a los “parlamentarios europeos”.

“Siempre hemos sufrido sequías, pero ahora pueden repetirse con asiduidad”

Jesús Goñi - Coordinador de Experimentación y Fincas de Intia

Pero, el comportamiento del precio también varía según las peculiaridades que rodean a cada producto, como sucede con la oliva, de la que hay escasez, y los daños de estos días no ayudarán a controlar el aumento de su valor. Como noticia positiva, Gorraiz destaca que las lluvias a partir de mayo beneficiaron la hierba en los prados para la ganadería. Con ello el precio de la tonelada de forraje descendió de los 280-260 euros la tonelada a los 180-160 euros. Aunque en un año normal el valor oscila entre los 120 y cien euros.

Asegurar

Ante la progresión de este año, Mari Luz Cano aconseja a los agricultores y ganaderos que aseguran sus cultivos para cubrirse ante posibles adversidades. Gorraiz reconoce la importancia del apoyo público para dichas contrataciones, y Bariáin insiste en que en algunas ocasiones la indemnización recibida no cubre los costes, por lo que pide a la Administración que haya reunión entre los agentes implicados para adecuar el sistema de seguros a las actuales realidades.