La mayor parte de los autónomos de Navarra quedarán eximidos de declarar el IVA en sus facturas a partir de 2025. Será el resultado de aplicar en España la Directiva europea 2020/285, que entró en vigor el 8 de febrero del 2020 y que busca simplificar la tramitación de las empresas más pequeñas. Podrán acogerse a esta medida quienes ingresen menos de 85.000 euros al año, un umbral que se elevaría en el caso de las operaciones con otros países comunitarios. 

La primeras estimaciones apuntan a que esta medida afectaría a unos 34.000 autónomos navarros, si bien se verían más beneficiados “aquellos que tienen menos gastos”, explicaba Juan Carlos Equiza, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Navarra (ATA).

La medida, que libera a los autónomos de tener que realizar la engorrosa ya se aplica en muchos numerosos europeos y se basa en una directiva que permite a los Estados miembros aplicar regímenes especiales a las pequeñas empresas. El objetivo último es mejorar su competitividad, hacerles crecer y fomentar el desarrollo del “comercio transfronterizo”, un asunto especialmente interesante para cientos de autónomos navarros que pueden vender sus productos en Francia. 

Los autónomos se acogerían de este modo a lo que se denomina como IVA franquiciado, cuyo funcionamiento exacto no se conocerá hasta que el Gobierno, una vez que se conforme, elabore un proyecto de ley. A partir de ahí, Navarra “deberá armonizar su legislación”, explican desde Hacienda Foral, que se encuentra a la espera de que el Estado dé el primer paso. 

España apura los plazos

El Gobierno central ha decidido en todo caso apurar los plazos y retrasar al máximo (enero de 2025) la entrada en vigor de lo que seguramente sea un nuevo régimen de IVA, A partir de ese momento, aquellos autónomos que lo deseen podrán dejar de incluir en sus precios y en sus facturas el tipo de IVA que les corresponda: el 21% del general, el 10% del reducido y el 4% del súper reducido. No todo serán, sin embargo, beneficios, porque los autónomos tampoco podrán deducirse los gastos, como hacían hasta ahora. Aquellas actividades que menos gastos repercuten (los propios asesores, los abogados o algunos actividades tecnológicas que emplea software libre) recibirían así gasolina extra para su actividad económica. La enseñanza, la sanidad o la cultura son otras de las actividades que ya se encuentran, por lo menos en algunas de sus ramas, exentas de IVA.

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La medida, en todo caso, debería servir para que los autónomos mejoren sus márgenes o sean capaces de ganar mercado bajando precios. Les liberará asimismo tiempo disponible o gastos de asesoría en el caso de que esta tarea la tengan contratada. Y serviría asimismo para evitar que un autónomo al que se le retrasen algunos cobros tenga que adelantar a Hacienda el dinero que todavía no ha recibido. Un alivio para su tesorería.  

Las asociaciones de autónomos reclaman en todo caso una reforma más integral de la normativa que les afecta, con el objetivo, por ejemplo, de que puedan, deducirse en el IRPF un mayor número de gastos que los actualmente reconocidos. “Cada vez estamos pagando más impuestos”, señala Juan Carlos Equiza