En los últimos años, el sector de la construcción y la edificación está inmerso en un cambio de paradigma. Si la crisis del 2008 motivó una modificación en el comportamiento de los compradores tanto de vivienda de obra nueva como de segunda mano, la pandemia también ha supuesto un antes y un después en las preferencias de las personas que adquieren un hogar. Todo ello unido a un cambio de mentalidad que se plasma en el deseo de adquirir viviendas más sostenibles y eficientes. Una inquietud, que también está presente en las instituciones que ya trabajan para desarrollar ciudades más comprometidas con el medio ambiente, puesto que la construcción supone una parte muy significativa de las emisiones y consumo energético.

Esta transformación está suponiendo una modernización de todos los eslabones de la cadena el sector, basada principalmente en tres pilares: digitalización, industrialización y sostenibilidad.

Edificios inteligentes

A medida que avanza la tecnología, también lo hace la automatización de diversas tareas y procesos. Esto es particularmente evidente en la industria de la construcción, donde el uso de robots y otros dispositivos automatizados es cada vez más común. Sobre todo, en la producción en taller de componentes que se transportan a su ubicación final para su ensamblaje. Entre sus ventajas, cabe destacar la reducción de los plazos de ejecución con su consiguiente ahorro de costes durante toda la vida del edificio, la menor siniestralidad laboral, porque las condiciones en el entorno de trabajo son mucho más seguras, y un mayor control del diseño de los procesos.

Por otro lado, la digitalización está revolucionando la industria de la construcción. Los edificios están cada vez más conectados y son más eficientes, y los datos juegan un papel cada vez más importante en la toma de decisiones, gracias a la proliferación de dispositivos y sensores IoT. Esto permite el monitoreo y la administración en tiempo real de una variedad de sistemas.

Reducir el impacto medioambiental

La sostenibilidad es otro de los aspectos más relevantes en la transformación del sector. Cada vez son más los arquitectos y constructores que incorporan prácticas respetuosas con el medio ambiente en sus proyectos.

En Navarra, por ejemplo, el impulso a la construcción de viviendas de consumo casi nulo está siendo esencial para renovar el parque inmobiliario, unido, a su vez, a proyectos de rehabilitación energética con el objetivo de reducir el impacto del consumo de la energía en nuestras ciudades. Al respecto, cabe citar que la Comunuidad Foral fue pionera en implementar la Directiva Europea 2010/31/UE, que exige que todos los edificios residenciales se construyan energéticamente pasivos.

Por último, en esta línea, los materiales constructivos también están jugando un papel relevante en esta transformación del sector. Teniendo en cuenta los tres factores: industrialización, digitalización y sostenibilidad, la madera, la celulosa de papel o bloques de vidrio, por poner algunos ejemplos, están ya siendo utilizados para construir un nuevo modelo de vivienda más sostenible.