Diego Martínez, destituido como entrenador del Espanyol, afirmó este lunes en rueda de prensa que se despide "con tristeza porque esto duele mucho" y apuntó que se va con la sensación de el proyecto está inacabado, pese a asumir su "responsabilidad" por la situación del bloque.

El preparador gallego, extécnico de Osasuna, se presentó en una comparecencia en el RCDE Stadium que "nadie quiere dar y a nadie le gusta" y lamentó que deja el banquillo blanquiazul "sin recorrer el camino hacia el objetivo".

El ya extécnico blanquiazul, en cualquier caso, no rechazó la autocrítica tras su destitución: "Todos somos conscientes de que esta situación del Espanyol no es la que debería ser y asumo mi responsabilidad". Diego Martínez definió como un "honor" haber sido elegido en mayo para tomar las riendas del bloque.

El hasta ahora responsable del banquillo catalán se despidió con agradecimientos a todos los estamentos y trabajadores del club. Sus palabras, en todo momento, han dejado claro que respeta "la decisión" y que cierra su etapa en el RCDE Stadium sin "reproches" a los dirigentes.

Diego Martínez sí apuntó, brevemente, que los objetivos del equipo debían "redimensionarse dadas las circunstancias" y que el proyecto debía arrancar "en otro punto y más despacio". Sea como sea, el técnico subrayó que ya asumía que el camino "iba a ser duro y lleno de dificultad".

Preguntado por su diagnóstico de la mala dinámica del bloque, el entrenador argumentó que en el fútbol "a veces las cosas no funcionan" y aseveró que se va con "errores y aciertos".

Además, evitó realizar declaraciones que "suenen a algo" que no quiere, insistiendo, de nuevo, en aceptar su "responsabilidad".

Por otra parte, el técnico gallego se mostró convencido de que el Espanyol "conseguirá su objetivo" y salvará la categoría porque, agregó, "estos chicos (en referencia a los futbolistas) y el club se lo merecen".