Cuando empezó a "cocinar en televisión", hace 35 años, Karlos Arguiñano pensó que estaría en antena "tres o cuatro meses", porque en ese tiempo terminaría con su recetario, pero tras más de 6.000 programas emitidos y decenas de libros editados, está convencido de que "antes se acabará el petróleo que las recetas".

El pronóstico -sobre seguro- lo hace el popular cocinero vasco con motivo del lanzamiento este miércoles de su nuevo libro "Cocina de 10", el décimo recetario que publica con la editorial Planeta, en las que ha incluido casi 600 de las preparaciones más exitosas de su espacio televisivo.

Con éstas, como con las anteriores, promete a los lectores que "no fallarán" porque,  seguir al pie de la letra sus indicaciones equivale a éxito seguro. "Quizás la primera vez no te salga muy bien pero, a la tercera, te garantizo que te sale de 10 y, si no, te devuelvo el dinero", indica este gran divulgador.

La clave de su éxito: comida casera y sencillez

Acomodado en el sofá de la cocina-salón más conocida, el fabuloso plató en el que cocina cada día para los telespectadores de dos canales de Atresmedia, donde lleva trece temporadas seguidas, Arguiñano explica que su secreto no es otro que la sencillez, la cocina casera, sana y sin complicaciones, aliñada no sólo con perejil sino con una buena dosis de diversión.

"Cuando empecé en ETB pensé que iba a estar tres o cuatro meses, que se me iban a acabar las recetas", recuerda el chef, que se ríe de "la cuenta" que se hizo entonces: Un ama o amo de casa "se maneja entre 15 y 25 recetas, así que yo, como profesional, ¡unas 400 o 500 ya me sabré!".

Sin embargo, enseguida se dio cuenta de lo equivocado que estaba porque se puede hacer ese número de recetas sólo de alubias. "¡Ahí va Dios, pero si esto es un mundo que no se acaba!", bromea.

Compara el mundo de la cocina con el de la moda de ropa o "las gafas de sol", pues "cuando uno cree que está todo inventado, pues no", afirma el cocinero, después de más de tres décadas contribuyendo a algo básico pero "tan importante" como es "comer bien".

"Vivimos en una sociedad de consumo y el único importante es el de la alimentación, todo lo demás es gastar (sin más)", destaca con énfasis el ganador de un Premio Ondas y el Nacional de Televisión en 2021.

La cocina es salud

Insiste y lo seguirá haciendo, porque para él es esencial, que "por la boca entra la salud y la enfermedad", así que "hay que comer bien". Y eso "no es ni comer mucho ni comer caro -precisa-, sino cocinar en casa, variado y con productos de temporada", porque "son los mejores y al mejor precio".

La clave de su prolongado éxito reside en "ponérselo fácil a la gente" y enseñarle a preparar platos con ingredientes al alcance de cualquiera. "No tienes que pedir nada por Amazon, sales de casa y en la primera tiendita que haya puedes encontrar todo lo que yo utilizo", dice con cierta sorna.

A sus seguidores más jóvenes, de sus programas de televisión o de los canales en Youtube que los transmiten, les aconseja apostar "siempre" por cocinar en casa y dejar de lado los platos preparados, comprados en el súper o pedidos a domicilio, porque además de contribuir a su buena salud y economizar, "van a ser mucho más interesantes en la vida social".

"Morir con las botas puestas"

La gente joven "a poco que cocine" adquiere "otro valor", también en el mundo globalizado y tecnológico actual, porque siempre hay que comer, destaca este cocinero que pertenece a la generación de la Nueva Cocina Vasca, fundó en 1979 su propio restaurante en Zarautz -distinguido con una Estrella Michelín en 1985-y que, además de tener 7 hijos y 13 nietos, apostó y se mantiene como maestro de la divulgación de la cocina sencilla pero "rica y con fundamento".

Sobre el auge que ha adquirido la alimentación vegetariana o vegana, dice que no tiene "nada en contra de ninguna tendencia" y aunque cree que "dejarán de gozar de cosas" opina que, "si son felices con eso, ni tan mal".

Karlos Arguiñano sigue en forma a los 75 años y dice que "si está bien de salud", está dispuesto a continuar enseñando a cocinar y "a morir con las botas puestas". Y fiel a su sentido del humor agrega: "Si Joe Biden puede presidir Estados Unidos ¿yo podré hacer unas lentejas con chorizo ... no?".