María Zárate supo en un momento dado de su vida que ese no era su lugar. Que lo de trabajar de lunes a sábado en la clásica jornada partida del sector del comercio para ganar el salario mínimo sin poder ver a su hija más que los domingos no era donde quería estar. “Había veces que deseaba incluso romperme una pierna para no tener que ir a trabajar”, confiesa, así que se puso a estudiar Organización de Eventos.

Pero nada más terminar llegó la pandemia y se cancelaron las primeras bodas que tenía contratadas. Las cosas se pusieron difíciles en casa económicamente y, con su chico en ERTE, ella vio la oportunidad de emprender para tratar de obtener ingresos en casa sin saber que se convertiría en su medio de vida.

“En mayo cumplo ya cuatro años de esta aventura, Serendipia Creativity, en la que empecé haciendo pendientes, porque como cogí 30 kilos y no me veía bien con la ropa que había para mí, lo único que no tenía talla y que me alegraba era poder ponerme unos pendientes diseñados siguiendo mi estilo”, recuerda esta bilbaina.

Sus diseños son siempre coloridos Oskar Gonzalez

“Al principio, mi madre no daba un duro por mí. Me decía que a qué iba a dedicarme cuando mis amigas dejaran de comprarme pendientes… Pero cuando le dije que ninguna amiga me había comprado, sino que era gente que no me conocía de nada, comenzó a tomarme en serio”, reconoce. Inicialmente comenzó a hacer siluetas con plantillas que recortaba con un cúter sobre arcilla polimérica y que después metía en el horno de su casa.

De hecho, durante la entrevista, María nos saca del armario algunos de sus primeros diseños, donde ya empezó a hacer una de sus formas más exitosas, los rayos, que ya decoraba a base de purpurina, dice entre risas.

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Pero llegó un momento en el que ya no podía hacer los pendientes a mano, porque era tal el volumen de pedidos que no daba abasto. “Entonces pasé a comprar piezas de metacrilato, -un material más resistente, con mucho brillo y que no pesa nada-, para hacer mis composiciones, pero después sentí la necesidad de hacer todo el proceso desde cero, así que empecé a realizar mis propios diseños en 3D en el ordenador, que luego se plasman con corte láser en planchas de metacrilato”, explica.

María Zárate con una de sus creaciones Oskar Gonzalez

De esta forma, sus creaciones son únicas y eso es algo que reivindica. “En redes no sigo a nadie que haga pendientes para no tener ninguna influencia porque quiero que Serendipia siga teniendo un estilo propio y que la gente reconozca que son mis pendientes si se los ve a alguien puestos”, señala.

Después de haber compartido tienda-showroom en Bilbao, decidió apostar por el teletrabajo. Ahora tiene su centro de operaciones en el salón de su casa, en Leioa. “Es una manera de conciliar, aunque trabajas más, porque mientras la familia está viendo la tele en el sofá por la noche, yo me pongo aquí en el escritorio y aprovecho para preparar los encargos, pero lo cierto es que me resulta mucho más práctico”, asegura.

El metacrilato es el material con el que realiza sus pendientes Oskar Gonzalez

Instagram es fundamental en su día a día y le permite mostrar todas sus creaciones, que pueden adquirirse a través de la tienda online de su página web, www.serendipiacreativity.es. En la actualidad cuenta ya con 30.000 seguidores prácticamente, pero conseguir nuevos no es algo que le quite el sueño.

“Lo importante, en realidad, es que sigan comprándome”, reconoce. La naturalidad de María es un valor al alza en las redes, ya que ella no utiliza filtros ni modelos, sino que se muestra tal cual es, llevando sus diseños. “Es la forma en la que yo me siento a gusto y así puedo mostrar cómo te van a quedar a ti mis pendientes”, explica.

Serendipia Creativity, una marca que surgió de la casualidad del amor 

Las creaciones de María Zárate se rigen por los gustos personales de esta joven bilbaina, que defiende el amor por uno mismo como el más importante de todos los amores

Serendipia Creativity, la marca de María Zárate, también tiene su historia, ya que, según explica esta bilbaina, con “ese hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta” hace referencia a su chico Unai, a quien conoció cuando menos se lo esperaba. “Yo había sido madre soltera recientemente y lo había pasado mal, pero llegó él a mi vida y todo cambió”, advierte.

Para ella, el amor es la filosofía que rige su día a día y también su proyecto. Por eso, no es de extrañar que la forma que más repita en sus pendientes sean los corazones. “Es que sin amor no podría vivir”, confiesa, pero matiza, “no me refiero al amor de pareja, sino al amor por una misma. A mí me costó quererme a mí misma, pero eso es lo más importante de todo”, subraya.


A día de hoy también realiza bolsos y customiza ropa, pero su producto estrella siguen siendo los pendientes. Son muchas las celebrities que han llevado sus pendientes y eso es algo que María vive con mucha ilusión, aunque aún no ha conseguido que rostros como Dulceida y Cristina Pedroche se pongan un par de Serendipia Creativity. “Son dos mujeres que me aportan muy buena energía y que creo que representan el espíritu de mi marca, así que sería un auténtico lujo que eligieran mis diseños”, indica.

María es feliz pudiendo desarrollar su creatividad Oskar Gonzalez