Uno de los miedos más extendidos entre la población es el temor a sufrir un robo en el hogar, además de por los bienes materiales que nos pueden sustraer, por todo lo que esa acción supone de violación de un espacio íntimo.

Cerrar la puerta de la calle con llave, no dejar las llaves escondidas en macetas o buzones, no dormir con las ventanas abiertas si no tenemos las medidas de seguridad adecuadas o no dejar las persianas totalmente bajadas si nos vamos a ausentar durante un tiempo prolongado son solo algunas de las rutinas básicas de seguridad que debemos adoptar para evitar la desagradable visita de los cacos.

Sin embargo, el mundo de la seguridad en el hogar no está exento de falsos mitos, es decir, creencias comunes que no son ciertas y que lo único que hacen es generar falsas alarmas. A continuación vamos a repasar algunos de ellos y tienen que ver con el quién, el cómo, el cuándo o el dónde se producen este tipo de acciones. Son estos:

1- La mayoría de los robos son en fin de semana. Es cierto que los fines de semana se pasa más tiempo fuera de casa, de lo que se podría deducir que los delincuentes tendrían más vía libre. Sin embargo, según datos facilitados por Movistar Prosegur Alarmas, en 2021 el 74% de los robos se produjeron entre semana, especialmente los lunes y los viernes, frente al 13% que tuvieron lugar en domingo.

2- A los ladrones les atraen más las casas lujosas. Es común pensar que los amigos de lo ajeno prefieren robar en casas lujosas apartadas de los núcleos urbanos porque dentro de ellas es previsible que haya más objetos de valor. Pues bien, los robos en unifamiliares en 2021 superaron solo en un 3% a los llevados a cabo en pisos.

3- Las alarmas son fáciles de inutilizar. Sabotear o anular un sistema de seguridad domiciliario no es tan sencillo como parece. Un corte de luz o de teléfono no desactiva la alarma. Estas tienen baterías que les permiten seguir funcionando 24 horas más y se comunican con la central de alarmas y con el usuario por medio del teléfono móvil o de internet, según señala la web Alarmas domiciliarias.

Trabajadores de una empresa de alarmas observan las pantallas de control. Freepik

4- El verano es la estación favorita de los cacos. Pese a que el verano es la época del año en la que los ciudadanos se ausentan más de sus domicilios, en 2021 fue el otoño la estación en la que más robos se produjeron, un 30,2%, frente al 26% registrado entre julio y septiembre.

5- Los robos son obra de desconocidos. Se suele pensar que los ladrones son personas desconocidas, sin embargo, la gran exposición que hacemos de nuestra vida en las redes sociales da muchas pistas a la gente que nos rodea sobre nuestros movimientos y nuestras ausencias.

6- Los delincuentes entran por la puerta principal. Mientras unos entran por la puerta grande, otros, con el fin de evitar las miradas indiscretas que desde las mirillas de otras casas puedan delatarles, prefieren acceder por otras puertas o ventanas de la vivienda.

7- Las alarmas fallan cuando se necesitan. La tecnología avanza y los sistemas, además de autocontrolarse, emiten avisos para notificar posibles fallos a las centrales de monitoreo en las que se supervisa permanentemente que todo funcione de la manera correcta.

8- La instalación de la alarma es complicada. Hay personas que temen que para instalar la alarma sea necesario romper paredes o que vayan a quedar cables colgando que arruinen la decoración del hogar. Actualmente hay sistemas de alarmas inalámbricos con equipos y dispositivos pequeños, muy discretos, que se fijan a la pared con unos simples tornillos.

Cámara de vigilancia colocada en el exterior de una vivienda. Freepik

9- Las alarmas son caras. Muchas personas consideran que tener alarma es un lujo solo al alcance de personas adineradas. Pues bien, actualmente hay sistemas de seguridad muy accesibles y capaces de adaptarse a las necesidades y al presupuesto de cada usuario.

10- Las cámaras de seguridad quitan privacidad. Esto no es cierto ya que las cámaras están conectadas a una central de monitoreo que analiza los vídeos y las imágenes que recibe, pero esto no significa que ellos puedan espiar lo que sucede en el hogar. Dichas imágenes y vídeos se envían a la central solo cuando se enciende la alarma al detectar a un intruso o una emergencia.

Ya lo ves, para hacer de nuestro hogar un lugar más seguro podemos recurrir a la tecnología, pero lo que nunca puede faltar es el sentido común a la hora de tomar todas las precauciones posibles para evitar la indeseable visita de los amigos de lo ajeno.