A la hora de buscar un coche, los colores que más vemos en los vehículos son el blanco, el azul, el gris o el negro. Es muy común ver automóviles con los citados colores por las calles de nuestra ciudad. Sin embargo, existen tonalidades más llamativas que poseen un mejor valor de reventa que cualquier otro. A pesar de no ser los más vistos, son una apuesta segura.

Según un estudio realizado por la red de talleres de chapa y pintura CertifiedFirst, colores como el amarillo se sitúan en el puesto 14 de los 16 más elegidos como colores de carrocería. Los datos indican que los coches de dicho color adquieren un mayor valor al revenderlos.

La investigación también pone el foco en los precios de más de 1,6 millones de coches de tres años. Los resultados indican que los de pintura amarilla tan solo se depreciaban un 13,5% de su valor original, seguido del beige, con un 17,8%, y el naranja, con un 18,5%.

Por otra parte, dos colores muy comunes como el gris y el negro se colocan con cifras de depreciación de un 23,9% y un 22,5% de su valor respectivamente. Al mismo tiempo, otros como el dorado o el marrón alcanzan cifras de casi un 26%.

Por si fuera poco, el estudio desglosa los mejores colores para la reventa dependiendo del tipo de carrocería. El amarillo fue el mejor para automóviles SUV, descapotables y los coupés; el beige, era el predominante entre las furgonetas; el verde para los monovolúmenes, y el marrón para las berlinas.

Para encontrar alguna explicación a este fenómeno, conviene echar un vistazo a un informe elaborado por la plataforma de compraventa de coches iSeeCars. Según afirman, este hecho se debe a que, al ser menos habituales, son, por tanto, más diferenciales.

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