Niño grande que se quedó sin juguete hace estos días un año: Tengo curiosidad por saber cuántos minutos y cuántos segundos de estos meses ha dedicado a repasar en la moviola interna la sucesión de cantadas que supusieron su estruendoso descabalgamiento a la vista de todos... y a manos de sus teóricamente más fieles escuderos. Aunque el fallo más gordo —esa entrevista en la Cope en que se lanzó a la yugular de su archienemiga Ayuso— lo cometió usted, tuvo que doler el apuñalamiento por la espalda de los más próximos. Le honra que, de momento, no les haya dicho las cuatro cosas que merecen, y que siga soportando que lo traten como apestado, por mucho que su sucesor le invitara a comer el otro día en un tasco de Madrid.