La violencia machista en Navarra ha aumentado un 8,4% sobre la última estadística (2022), que marcó máximos. Ha superado por primera vez las 2.000 denuncias en un año (2.090): 356 por agresiones sexuales (45% más). Incremento en las mujeres más jóvenes (142 menores de edad), más expuestas y también más concienciadas para la denuncia. El crecimiento de denuncias se ha disparado un 63% en cinco años (desde 2018).

El Instituto Navarro de Igualdad señala que 7 de cada 10 denuncias lo fueron por violencia física y psíquica. Su directora gerente reconoce que “se está sacando a la luz violencia invisibilizada”. Importante. Aumento del número de víctimas que requieren de protección oficial (1.645). Casi un 18% más que en 2022: 28 en riesgo alto de sufrir un nuevo episodio de agresión y una en riesgo extremo. Estos datos degradan la catadura moral de una sociedad. La educación afectivo sexual, una clave. Competencia de familia y sistema educativo, con la Administración como cooperadora necesaria. En supuestos de especial complejidad y ante la creciente influencia perniciosa del mundo virtual y las redes sociales. Los adolescentes acceden a Internet para informarse sobre sexualidad. Un 54% acude a la pornografía antes de los 13 años, según un informe de Save The Children. Los chicos para resolver sus “necesidades instintivas”; las chicas para identificar “qué se espera de ellas”. Esta exposición temprana a contenido pornográfico tiene un impacto significativo en la percepción y comprensión de las relaciones entre hombres y mujeres. De hecho, según la misma organización, las menores de 18 años son víctimas de agresiones sexuales en el 44,5% de los casos. Las grupales han aumentado un 10% en los últimos años, aunque solo representan un 5% del total. Brecha salarial en el trabajo, desproporción en labores domésticas, cuidados feminizados. Se trabaja en su corrección. El camino interior hacia el respeto, menos transitado. A ver si maduramos.