A muchos niños las sudaderas con capucha les gustan. A unos porque les ofrecen refugio y a otros porque sienten que les imprime un aura de malotes. Lo que para ellos representan los raperos, traperos, hiphoperos… y, estirando mucho el chicle, los miembros de bandas. En organizaciones como la de los Trinitarios, que han detenido en Pamplona y después liberado con compromiso de comparecencia semanal en el juzgado, hay mayores de edad, hay adolescentes y hay niños. Algunos pasan de estar con su madre, su padre, su abuela o sus compañeros de acera o de reformatorio a formar parte de una banda en la que se reparten armas y se enseña a cometer delitos pequeños y después, más grandes. Otra pedagogía, una nueva escuela. Allí encuentran referentes, hermanos mayores, sensación de pertenencia, figuras a las que admirar. Otra familia, un nuevo hogar. Dentro de ese grupo descubren el lado gratificante y menos sano del reconocimiento y la posibilidad de ascenso si son ambiciosos. Otra carrera, un nuevo futuro.

No hace falta haberse metido heroína para sentirse autorizado a hablar de lo que genera pero la experiencia es un tipo de conocimiento insustituible. Mariah Oliver hoy investiga a las bandas latinas a través de un proyecto de la Universitat Pompeu i Fabra. Antes escribió un libro sobre este fenómeno social. Ese texto cuenta su vida. Y no sólo como miembro, sino como la primera mujer y una de las fundadoras de los Latin Kings and Queens cuando aquí nadie había oído hablar de ellos. Le gustaba su estética, su música y ahí encontraba guarida y muro antes los ataques racistas a las hermanas y hermanos latinos. “Si te para la policía cada día, acumulas rabia y la sueltas en la calle”. Pero un día vio que la violencia pasaba de herramienta legítima de defensa a arma de ataque. Su cabeza hizo click en la cárcel, medio año de prisión preventiva a los 24 años, cuando llevaba seis en la banda. Allí encontró su epifanía, quería volver a estudiar, leer, ser madre. Hoy tiene 42, un proyecto interesante y necesario para la mediación y el mismo power. Y está viva.