Nunca había asistido a un concierto tuyo, así que no tengo referencias de cómo te comportas en los mismos. Salvando esta circunstancia, he de decirte, porque alguien debe hacerlo, que para subirte a un escenario hay que estar en plenas condiciones si se quiere hacer bien. Hay que ser honesta con una misma para serlo con el público que acude pagando una entrada para escucharte. No pude aplaudirte ni una sola vez. Ni al empezar el concierto con una hora de retraso y pedir perdón por ello. No pude.

Desde el comienzo tuve la sensación de que no estabas en condiciones para ofrecernos un concierto digno. Empezaste diciendo que a veces la vida nos sacude y esa la es la imagen que proyectaste en mí. El de una persona que está pasando por un momento complicado. Luego esa sospecha la hiciste realidad. No estabas cómoda en un sofá, que me temo no era el causante de tu incomodidad. Te tumbabas, te levantabas, te molestaba hasta el propio sonido de tu guitarra, los focos… Toda la paciencia del mundo para los técnicos, a los que mareaste con subir y bajar la intensidad de la luz, del sonido… Reconociste que no sabes tocar algunas canciones a la guitarra y las cantaste desafortunadamente a capela. La cuerda sexta de tu guitarra producía un sonido rajado muy molesto. Me sorprendió que no lo percibieras, a diferencia del volumen que sí pedías a los técnicos que bajaran. Divagaste mezclando canciones de una manera desordenada e improvisada. Una auténtica pena, Bebe.

Es la primera vez en mi vida que me voy sin terminar un concierto y llevo unos cuantos. Honestamente creo que se nos debería devolver el dinero de la entrada. Iciar Les, concejala de Cultura de Tudela, pasó el trago de dar explicaciones por el retraso y pedir paciencia hasta dar comienzo al concierto. En mi opinión, se debería haber suspendido a tiempo de evitar el descontento del público, que salvando a l@s muy fans (que en mi opinión, “osaron” jalearla sin apreciar la realidad) haciéndole un flaco favor. A la hora de “concierto”, me marché. Una de dos: o tú no deberías haber estado en ese escenario, o el que no tenía que estar allí era yo, junto con algunas otras personas más. Quizás me marché por eso, o entre otras sensaciones por la pena. Alguien te lo tiene que decir Bebe. Tu entorno, los tuyos, deberían protegerte, cuidarte, ayudarte, antes de que te conviertas en otro “juguete roto”. Si no lo eres ya.

Con todo mi cariño.