No me conoces, pero puedo adelantarte que yo respiré el aire del Aayun y soporté la arena del desierto antes que tú, porque estaba en la ciudad donde tú naciste antes de que tú nacieras. Me acabo de enterar de que el gobierno español te ha negado la residencia. Ya hablaremos, pero quiero adelantarte que puedo ayudarte, si tú me ayudas, porque quiero hacer una colonia, siempre virtual, de momento, con el Sáhara y Palestina en las Bardenas y crear allí la universidad del desierto. Y para empezar necesito varias parejas de pastores que quieran vivir aquí y llevar las cabras y las ovejas al monte. Casa ya encontraremos porque aquí hay muchas vacías y pueblos en peligro de despoblación. Me ha encargado un amigo de mi padre ese trabajo y le he dicho que necesito tiempo para pensar. Si me ayudas, quizá me decida. Es un marrón, pero estos dos viejos están empeñados en este asunto. Ya te contaré, porque son gente rara, importante, pero muy rara. Simplemente por el hecho de encargarme a mí semejante trabajo. Si me decido también necesitaré parejas de jóvenes, como albañiles, para hacer casas de barro y paja; también artesanos que quieran aprender forja y cristal líquido, tallar madera y piedra y hacer mosaicos. Y tener hijos. Lo primero que haremos, antes de cualquier edificación, será una piscina cubierta y climatizada para que os bañéis cando queráis. Si acepto la apuesta, será lo primero que exigiré. Será una universidad laboral y de ciencia.