Sería una buenísima noticia que en Iruñea se abordase ya el debate de los Sanfermines del futuro. De un futuro no muy lejano a ser posible. A estas alturas deberíamos ser capaces de avanzar, entre otros aspectos, hacia unas fiestas sin maltrato animal.

Que Rakel Arjol, mujer y no la primera, sea presidenta de la Federación de Peñas de Iruñea es toda una señal de que las costumbres, las tradiciones, los ritos… cambian, evolucionan, se adaptan a los tiempos. Hace 50 años habría sido impensable; luego vinieron Txaro Pardo, Koldobi Osta… y ahora Rakel. Mujeres al frente de colectivos mayoritariamente masculinos; y no pasa nada, se acepta con naturalidad. La nueva presidenta peñera ha revuelto algunas aguas con su sincera y directa declaración: “Personalmente me gustarían unos Sanfermines sin toros”. Bienvenidas sean ambas: la presidenta y sus palabras. Porque efectivamente toca una tecla del piano que en Iruñea Antitaurina llevamos años haciendo sonar: la fiesta y el disfrute deberían ser incompatibles con el sufrimiento, en este caso animal (los toros masacrados cada tarde festiva).

En opinión de Iruñea Antitaurina, un aspecto básico del debate sobre los Sanfermines del futuro sería cómo eliminar las corridas de toros y, en su caso, con qué sustituirlas en esas horas de las tardes sanfermineras. Las evidencias científicas del sufrimiento del toro antes de y, especialmente, durante la corrida y en los momentos previos a su muerte, son abrumadoras. La adecuación de las leyes a esta situación es urgente; no tiene sentido que los toros sean una excepción en todo el entramado legal sobre el maltrato animal. El recurso a la tradición, la cultura o el arte debería desaparecer cuando hay maltratos o discriminaciones. De hecho, así sucede en otros ámbitos.

Nos congratulamos por el hecho de que una mayoría de la sociedad, especialmente gran parte de la juventud, rechace este tipo de espectáculos donde prima el sufrimiento, no casual sino infligido por personas a otros seres sintientes, como son los animales, toros incluidos, en terminología del Tratado de Lisboa de la Unión Europea, en vigor desde el año 2009.

Si no fuera por la crueldad y el dolor que las corridas de toros conllevan, el empeño de ciertos sectores taurófilos en negarlo sería risible. Por cierto, como ya dijimos en su momento por el mismo motivo, nos parece absolutamente inadecuado que en la UPNA, Universidad Pública de Navarra, se vuelvan a celebrar unas jornadas de rancio aleccionamiento taurófilo (ver el artículo “¿Toros en la universidad?”, publicado en diversos medios informativos hace ahora un par de años). Más bien, como indicábamos al principio, en Pamplona sería conveniente (y urgente) contrastar opiniones, aportar datos y argumentos y culminar un debate en torno a unos Sanfermines sin maltrato animal y a cómo realizar el tránsito hacia ellos.

Las peñas, las instituciones no son ajenas a este debate; al contrario: están en el centro. Entre todas/os, tenemos que avanzar hacia unas fiestas donde el disfrute no sea a costa del sufrimiento. Está en nuestras manos.

* Por Iban Agerri (Armonía Txantreana peñako kidea), Juanje Soria (Muthiko Alaiak peñako kidea), Ivan Pastor (Donibane peñako kidea) y Alberto Gorriz (Donibane peñako kidea) Iruñea Antitaurina Taldeko Kideak / Miembros de Iruñea Antitaurina