Quiero contar mi experiencia en el maravilloso hospital San Juan de Dios en Pamplona. Un hospital renovado, por dentro y por fuera, decorado con gusto, con lo último en tecnología, y un servicio medico de categoría. Podríamos decir que es un centro hecho con miras al futuro. Pero.... sin miras a quiénes son el futuro.

Me explico. Entramos a operar a mi mujer, nada grave pero tiene que quedarse en las habitaciones un día ingresada post quirúrgica. Y resulta que:

- Disculpa los niños aquí no pueden estar.

*¿Entonces?

- Los menores de 14 años no pueden entrar.

* Perdone pero se merece saber qué le pasa a su madre.

- Debería dejarlo con un amigo o familiar.

* ¿Por qué? Se porta bien, tiene la misma inquietud que su padre por la salud de su madre.

- Son las normas.

* Ya valeeee. Son la normasss.

Está claro que cuando renovaron el edificio se olvidaron de renovar las normas. Y aquí estamos en el pasillo, paseando y cruzándome con otros padres y madres que tienen el mismo problema. Teniendo que dejar sin cuidado, apoyo y nuestra presencia a nuestros familiares que están en un momento complicado. ¿Su solución? Podéis pedir que los cuiden voluntarios.

¿En serio tienen que estar voluntarios cuando puedo estar yo mismo? Y todo por una norma. Con lo sencillo que sería: podéis pasar un rato, ver que está bien y luego se pueden quedar en este lugar que tenemos un par de cuidadores mientras vosotros, padres, estáis con la persona que os necesita. No pido ni que los cuidadores sean voluntarios. Podéis cobrar y dar servicio de calidad. Pero ofreciendo un cuidado mientras nosotros estamos con quienes en ese momento nos necesitan.

Y aquí me encuentro en la cafetería escribiéndoos, sin poder ver a mi familiar pero sin alejarme para no dejarla sola. Llevamos 8 horas. Cerrarán la cafetería y de aquí no nos pensamos mover.

El hospital del futuro sin vistas de quiénes son el futuro.