A raíz de una información aparecida en prensa el pasado 20 de junio, en relación a la Asamblea Territorial de Navarra de Eusko Alkartasuna (EA), me siento en la necesidad de puntualizar algunos detalles, especialmente el que indica “la asamblea territorial es el espacio en el que toda la afiliación del territorio puede participar, dar su opinión y tomar las decisiones oportunas en el marco de los estatutos del partido en vigor” (palabras de Nerea Gartzia). Lo que no dice la señora Gartzia es que para elegir los cargos sólo participan 14 personas, de las cuales 8 pertenecen al sector oficial y 6 al sector crítico. Y de las 8, al menos 7 provienen de acuerdos tomados en el Congreso reciente (en que los del otro sector no participaron) y elegidos por lo tanto, sin debate alguno.

Los datos y la cronología de los últimos casi 37 años lo avalan: en Eusko Alkartasuna siempre se ha primado la democracia directa y la capacidad de decisión de la afiliación, hasta tal punto que jamás se ha cuestionado que en todas y cada una de las decisiones de la Asamblea de Navarra todos los afiliados y afiliadas tengan derecho a voto, teniendo el voto de cada uno de ellos y ellas el mismo peso. Democracia directa, participación política y derecho a decidir, en definitiva.

Sin embargo, para alterar una realidad en la que más del 95% de la afiliación no comulga con las tesis de Eva Blanco, la dirección de EA ha procedido a cambiar los Estatutos del partido para dar a ese 5% de la afiliación de EA en Nafarroa poder absoluto. Un poder absoluto que se ejerce frente a la gran mayoría de la afiliación que atónitos asistimos a una deriva demencial, antidemocrática y que afecta no sólo a Eusko Alkartasuna, sino que contamina además al conjunto de la coalición EH Bildu que ve cómo en su seno se da amparo a prácticas absolutamente tiránicas y totalitarias, contra las que se presupone que lucha la denominada izquierda soberanista. Es de una incoherencia francamente preocupante que tanto EA como EH Bildu defiendan el derecho a decidir para todos y todas, excepto para la afiliación de Eusko Alkartasuna.

En este sentido, y a pesar de estas restricciones y de convocar una asamblea de Navarra el 6 de febrero en Leiza, lugar donde residen los escasísimos afiliados de Navarra que supuestamente secundarían la tesis de diluir en apariencia Eusko Alkartasuna en EH Bildu, que defiende la vicepresidenta del Parlamento Vasco y secretaria general de EA, Eva Blanco, la dirección del partido fue incapaz de llevar a esos poquísimos afiliados y afiliadas a los que habían otorgado voto a través de la modificación estatutaria y como consecuencia de ello salí elegido presidente de la Asamblea de Eusko Alkartasuna en Navarra, con el aval además del resto de afiliados y afiliadas navarras que sí acudieron en masa a aquella asamblea, a pesar de que ni siquiera se les reconocía su derecho a decidir a través del voto.

Como esa decisión, fruto del ejercicio democrático fundamental en cualquier partido político, no fue supuestamente del agrado de Eva Blanco, desde su sillón de Gasteiz, dejó en suspenso la decisión adoptada por los afiliados participantes en la Asamblea de Navarra y paralelamente amplió el derecho a voto a otros miembros de ese escasísimo 5% de la afiliación de Navarra que apoya las tesis del denominado sector oficial, asegurándose con ello que con la asistencia y voto de esas personas podrían controlar cualquier decisión a tomar, cercenando el derecho a la participación política de la amplia mayoría de Eusko Alkartasuna en Navarra.

El pasado lunes día 19 de junio procedió a consumar esta grave afrenta democrática contra la mayoría de los afiliados y afiliadas de Eusko Alkartasuna, colocando a Xebe Txoperena al frente de la Asamblea de Navarra. Cabe recordar que Txoperena, nombrado también parlamentario por obra y gracia de Eva Blanco, sin ningún tipo de respaldo de la afiliación de su propio partido y la aceptación cómplice de EH Bildu, se presentó anteriormente a dirigir su organización local y fue incapaz de recoger ningún voto más que el suyo propio.

Eva Blanco y su dirección nacional siguen empeñados en sumir a Eusko Alkartasuna en la senda de un despropósito democrático tras otro, y publican además una nota de prensa autocomplaciente hasta límites vergonzantes en la que la coordinadora navarra elegida a dedo por la señora Blanco, Nerea Gartzía, se alegra de “la restitución estatutaria y legal”. A mi modesto parecer, la dirección de EA está demostrando una cortedad de luces apabullante, habida cuenta de la realidad de EA en Nafarroa.

La ciudadanía navarra y, por supuesto, los miembros de la coalición EH Bildu, deben conocer este nuevo atropello autoritario de Eva Blanco y su dirección, más aún cuando hablamos de un partido político que merece respeto y consideración por la labor institucional históricamente realizada por todos los cargos públicos que hasta ahora la habían representado.

Mientras, y en un ejercicio de responsabilidad, la afiliación de EA de Navarra se reúne y se muestra absolutamente preocupada por la actitud de un PSN que nuevamente da la espalda al cambio progresista, convirtiéndose una vez más en la muletilla de la derecha, y denuncia, asimismo, la poca credibilidad que tiene María Chivite para liderar cualquier gobierno progresista. Eva Blanco, sin embargo, se limita a mantener su triste poder. Una triste realidad reflejo de quien, como Eva Blanco y su dirección, entiende la política como una actividad dirigida únicamente a mantener el control y no a la propuesta y valoración política.

El escenario al que nos quiere llevar la dirección de EA es desolador y vergonzante. No obstante, que nadie tenga duda de que los afiliados y afiliadas de EA seguiremos trabajando con ahínco y compromiso militante para democratizar nuestro partido. Tenemos un gran objetivo que seguro es compartido por todos y cada uno de los demócratas de nuestro país, y es que las decisiones se deben adoptar mediante la fórmula de un afiliado un voto y no mediante la designación de una elite minoritaria que asuma un poder que ni tiene ni tendrá el sustento de las bases.

*El autor es coordinador de EA Sakana