En medio de la tragedia que ha asolado Marruecos con un devastador terremoto, nuestra solidaridad está con las víctimas y sus familias. Este desastre natural ha despertado preocupación en el sur de la Península Ibérica, ante la posibilidad de sufrir un evento sísmico similar. Aunque no podemos predecir cuándo o dónde ocurrirá el próximo terremoto en nuestro país, debemos estar preparados y tomar medidas preventivas para garantizar la seguridad de nuestras edificaciones. Por ello, vamos a analizar el riesgo sísmico en España y nos centraremos, en términos de normativa sísmica, en las construcciones anteriores a 1970.

Si bien la Península Ibérica, en comparación con otras localizaciones del mundo, no está considerada como una zona de alto riesgo sísmico, es evidente que no estamos exentos de la posibilidad de sufrir terremotos. A lo largo de la historia, se han registrado terremotos significativos en nuestro país, lo que subraya la importancia de la seguridad en la construcción.

Hasta la década de 1970, España carecía de una normativa específica que abordara la resistencia sísmica de las edificaciones. Esto significa que muchas de las estructuras construidas antes de esa época fueron diseñadas sin tener en cuenta la amenaza de terremotos. A partir de entonces, se han establecido regulaciones más estrictas para garantizar la seguridad sísmica en las nuevas construcciones.

Las edificaciones anteriores a la década de 1970 pueden ser especialmente vulnerables a los terremotos debido a que tanto el proyecto como la construcción son previos a la introducción de regulaciones sísmicas. Algunos de los problemas comunes que afectan a estas estructuras son el diseño, los materiales y la falta de evaluación sísmica.

En lo relativo al diseño, las edificaciones anteriores a 1970 pueden no haber sido diseñadas para resistir terremotos. Entre las características de un diseño incorrecto en materia sísmica solemos observar refuerzos estructurales insuficientes y sistemas de anclaje inadecuados.

En la mayoría de los casos, en aquella época anterior a la década de los 70 se utilizaban materiales de construcción, hoy obsoletos, que pueden no ser lo suficientemente resistentes a las fuerzas sísmicas. La calidad del hormigón y el acero pueden no cumplir con los estándares actuales.

La mayoría de estas edificaciones nunca han sido sometidas a una evaluación sísmica exhaustiva para determinar su vulnerabilidad ante un terremoto.

Como presidente del Colegio de la Arquitectura Técnica de Navarra, quiero enfatizar la importancia de abordar este problema de manera proactiva. Es responsabilidad de todos, desde los propietarios de los edificios hasta los profesionales de la construcción, garantizar que nuestras estructuras sean seguras. En este sentido, el arquitecto técnico es un profesional perfectamente capacitado para asesorar a los propietarios de edificios y adoptar las medidas oportunas para que éstos sean seguros ante un movimiento sísmico.

Para abordar el riesgo sísmico en las edificaciones anteriores a 1970, se pueden tomar varias medidas, como la evaluación sísmica, el refuerzo estructural y la educación y concienciación social.

Se deben realizar evaluaciones sísmicas de los edificios antiguos para identificar las debilidades y planificar posibles mejoras.

De acuerdo con esta evaluación, cuando sea necesario, se deben llevar a cabo trabajos de refuerzo estructural para garantizar que las edificaciones cumplan con los estándares de seguridad actuales.

Para ello, se hace necesario informar a las comunidades de propietarios sobre la importancia de la seguridad sísmica y las medidas que pueden tomar para proteger sus hogares.

Debemos tomar las devastadoras consecuencias del terremoto en Marruecos como una llamada de atención. Aunque no podemos predecir cuándo ocurrirá el próximo terremoto en España, podemos y debemos prepararnos adecuadamente. Esto implica la adopción de medidas para garantizar la seguridad sísmica de nuestras edificaciones antiguas y asegurarnos de que estamos preparados para los desafíos que la naturaleza pueda presentarnos.

Como Colegio de la Arquitectura Técnica de Navarra, estamos comprometidos a liderar este esfuerzo y trabajar en conjunto con la comunidad para mantener a salvo nuestras vidas a través de la seguridad de nuestros edificios.

El autor es presidente del Colegio de la Arquitectura Técnica de Navarra