La señora Ibarrola, alcaldesa actual de nuestra querida Iruñea, ha decidido imprimir un ritmo frenético a su actividad, y desde el primer momento ha dado órdenes de llenar su agenda de actos y reuniones cueste lo que cueste. Pero, ¿de qué tipo de actos y reuniones hablamos? ¿Son realmente los que una ciudad como Iruñea necesita? Veamos detalles de “La agenda de la alcaldesa” que, aunque pueda parecerlo, no es el título de una nueva serie de éxito.

Por citar algunos, en estos meses al frente de la institución, Ibarrola ha mantenido reuniones con todos los cuerpos policiales y ejércitos posibles. Algunas veces, de hecho, repitiendo. Seguro que es imprescindible para Iruñea que las primeras semanas como alcaldesa se reuniera varias veces con jefaturas y direcciones de Guardia civil y Policía Nacional española. Y estamos convencidas de que fue muy fructífero y necesario para la ciudad el encuentro que mantuvo en septiembre con el general jefe de mando de tropas de montaña... El deporte también debe de ser muy importante para ella, ya que es habitual encontrarse en su agenda partidos de fútbol (palco del Sadar), de balonmano, fútbol sala, béisbol, etcétera). Un esfuerzo loable, no lo ponemos en duda, aunque también hay quien le empieza a interpelar por acudir sólo a la foto y marcharse… Lo que viene siendo un paripé de toda la vida, vamos.

Los txupinazos (o cohetes, para ella) de las fiestas patronales de Navarra también parecen ser fruto de su devoción. Si la agenda no miente, localidades como Zizur, Atarrabia, Peralta, Berriozar o Milagro han tenido la suerte de contar con la presencia de la máxima mandataria iruindarra. La pregunta es si acude a estos actos para respaldar institucionalmente a sus homólogos y homólogas (incluidos alcaldes de EH Bildu), o para visitar a las agrupaciones locales de UPN en su indisimulada carrera por suceder a Esparza.

En la agenda de la alcaldesa también nos encontramos celebraciones religiosas por diferentes motivos, pero, eso sí, todas ellas católico-cristianas a pesar del carácter aconfesional de la institución que preside. También inauguraciones o actos de entidades privadas que, ni se encuentran en Pamplona, ni realizan actividades relacionadas con la acción de un gobierno municipal. Ejemplos de esto serían la inauguración de una panadería de una conocida marca en Mutilva o la recepción a un alto mandatario de una popular cadena de supermercados.

Lo que no localizamos en la agenda de la alcaldesa son encuentros o reuniones con asociaciones vecinales o con entidades sociales que trabajan a pie de calle, en los barrios. Solamente Erripagaina ha tenido la suerte de concertar un encuentro con la señora alcaldesa y visto cómo se está gestionando todo lo relacionado con esta zona de la ciudad, mucho nos tememos que no fue especialmente fructífera. Decimos esto porque si hay dos palabras que definan la gestión de UPN con este tema serían parálisis y engaños. El última de ellos, anunciando un convenio a 4 sobre materia de seguridad sin que las alcaldesas de Egüés y Burlata, ni el alcalde de Huarte, hubieran firmado tal convenio.

Los foros de barrio siguen sin convocarse, imaginamos que porque la alcaldesa tampoco tiene tiempo para ellos. Barrios como Sanduzelai llevan más de mes y medio esperando un encuentro para hablar de temas vitales como la rotonda. Pero, claro, con el frenesí de actos e inauguraciones, Ibarrola no ha podido.

Para lo que sí ha tenido tiempo y ganas, muchas ganas, es para intentar estrechar lazos con Madrid. Primero fue con una reunión para firmar un supuesto convenio del que nada sabemos porque nada existe, más allá de una excusa para tener una foto con el popular Almeida (esto, después de visitar Málaga en la gira de hoteles de 300 euros la noche). Luego fue la vicealcaldesa madrileña la homenajeada en Pamplona, elevando su presencia a la categoría de invitada principal en la festividad de San Miguel, patrón de la Policía Municipal. Posteriormente, la señora Ibarrola devolvió la visita con motivo del 12 de octubre, acudiendo a una festividad tan casposa y anacrónica, a la par que ofensiva. Y, por último, de momento, nada menos que el señor Almeida ha cursado visita a la Casa Consistorial... Pero la pregunta es ¿y todo esto para qué? Parece ser que para un protocolo turístico que se van inventando sobre la marcha.

Más allá de la duda de si no había otro lugar más cercano o con más sinergias históricas con Iruñea para promover este tipo de convenios, lo cierto es que esta obsesión de Ibarrola con Madrid podría derivar en ofensas institucionales para con otros y otras primeras ediles. Me explico ejemplificándolo: el mismo 18 de octubre, fecha de la última visita del alcalde de Madrid, estaban también en Pamplona alcaldes de ciudades como Bilbao, Soria o Estepona que acudieron, junto a Almeida, a un congreso de arquitectura. ¿A cuántos de ellos recibió Ibarrola? A ninguno…

En resumen, y volviendo al inicio de este artículo, podemos concluir que aquellas palabras de la señora Ibarrola diciendo que gobernaría “para todos”, se han quedado, como otras tantas, en mensajes vacíos. Ni está gobernando para todos y todas, ni su agenda recoge las necesidades de todos y todas. ¡Pero, ojo, que nadie se confunda! no estamos diciendo que todo en esa agenda esté mal. Hay actos en los que la alcaldesa se encuentra con asociaciones de diferentes ámbitos que nos parecen necesarios. El problema es, por una parte, que son los menos, y, por otra, que demasiadas veces no está claro el “para qué” de sus citas rimbombantes. Porque parece que su agenda en muchas ocasiones no está encaminada a hacer de Iruñea una ciudad mejor sino, más bien, a satisfacer egos (o urgencias) personales. Ya lo expresó muy acertadamente nuestra compañera Garbiñe Bueno cuando le solicitamos, sin éxito por el momento, comparecer para explicar el asunto de las joyas. “Señora Ibarrola, usted es alcaldesa, no duquesa ni condesa”.

Y acabo con una chanza: muchas pamplonesas y seguidores de Osasuna se acordarán de aquel 0-4 que endosó Osasuna al Madrid en su campo en 1990. Pues en cuanto a recibir a los barrios de su ciudad, la señora Ibarrola ha devuelto el resultado 33 años después: Barrios 0, Madrid 4.

El autor es concejal de EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona