El pasado sábado y domingo (16/17 de diciembre), como cada día durante los últimos meses, Ayuntamiento de Pamplona y Gobierno de Navarra volvieron a incumplir su propia normativa y forzaron a 50 personas a dormir en la calle. Estos últimos días, con temperaturas bajo cero.

A principios del mes de diciembre, ambas instituciones acordaron abrir un nuevo albergue con 56 plazas, siendo conscientes de que más de 100 personas dormían cada noche en las calles de Pamplona. Es decir, cada día alrededor de 50 personas duermen en las calles de la ciudad ante la inacción y el racismo institucional de Ayuntamiento de Pamplona y Gobierno de Navarra.

Cada día a las 8 de la tarde, las personas que se encuentran en situación de calle pueden acudir a las puertas del nuevo albergue a probar suerte y confiar en conseguir una plaza en dicho albergue. Si llevan más de 4 meses en la ciudad y han sido incluidas en la lista elaborada por trabajadoras y educadoras sociales del Ayuntamiento de Iruña, pueden tener suerte y tener una plaza continua en el albergue. Si llevan más de cuatro meses y no han sido incluidas en esa lista por algún motivo, o si llevan menos de 4 meses en la ciudad, cada día deben esperar hasta dos horas para saber si pueden dormir bajo techo o deben marcharse y buscar un lugar en la calle para dormir. Aunque llueva intensamente o haga menos de 4 grados de temperatura, incumpliéndose de esta forma la ordenanza municipal del Ayuntamiento de Pamplona. El frío aumenta, la frustración crece y los criterios para conceder plaza a una u otra persona son confusos. La indignación y la frustración hace que muchas de estas personas desistan y dejen de ir a probar suerte a las 8 de la tarde. Sin embargo, cada día, entre 15 y 20 personas se quedan en la puerta del albergue. El pasado domingo, la presencia y la actuación de la Policía Municipal se intensificó, con actitudes autoritarias, provocadoras y racistas, generando situaciones de tensión inaceptables e innecesarias.

Ninguna persona debería verse forzada a vivir en la calle en ningún momento del año, pero menos aún durante los meses de otoño e invierno. De hecho, tanto la legislación foral como municipal reconoce el derecho a un alojamiento y a unas condiciones de vida mínimas garantizadas, especialmente durante estos meses con temperaturas y condiciones climatológicas especialmente duras. Sin embargo, esta obligación no se está cumpliendo como consecuencia de la desidia y el racismo institucional de ayuntamientos y Gobierno de Navarra.

Estas instituciones, con la excusa de no contar con los recursos o las competencias necesarias, fuerzan a estas vecinas y vecinos a vivir en la calle con cada vez mayores barreras para acceder a alimentación, higiene, salud, empadronamiento y servicios sociales, con el objetivo de que se marchen de Pamplona y de Navarra. Estas medidas son parte de las políticas de expulsión y del racismo institucional del Ayuntamiento de Pamplona y del Gobierno de Navarra.

Ante esta situación, nos surgen las siguientes preguntas:

• ¿A qué van a esperar Ayuntamiento de Pamplona y Gobierno de Navarra para cumplir su propia normativa? ¿No es posible facilitar una alternativa urgente para evitar estas situaciones de emergencia? ¿Es necesario que muera alguna persona en la calle?

• ¿Qué se buscó con la actuación de la Policía Municipal el pasado domingo?

• ¿Qué tipo de sociedad queremos? ¿Una sociedad desigual y excluyente, o una sociedad acogedora e inclusiva?

Mientras esperamos la respuesta de estas preguntas, y frente a este racismo institucional, estas políticas de expulsión y estas vulneraciones de derechos, exigimos al Gobierno de Navarra y ayuntamientos de Pamplona y Comarca:

• Que habiliten los recursos necesarios de forma urgente para que ninguna persona duerma en la calle, especialmente con estas condiciones climatológicas.

• Políticas de acogida, de inclusión y de garantía de derechos de alojamiento, alimentación, higiene, salud, empadronamiento y acceso a servicios sociales durante todo el año.

Si hubiese una inundación en Pamplona y más de 100 personas nos quedáramos sin casa. ¿Te gustaría dormir cada día en la calle? Tranquila, estas mismas instituciones encontrarían inmediatamente alojamiento para esas 100 personas. l