Tres meses después del ataque de Hamás ante la ocupación de Israel del territorio de Palestina y de la operación de castigo que ha lanzado el Gobierno de Israel, han provocado que este conflicto no entre en la clasificación de guerras olvidadas o semiolvidadas como está sucediendo con el Sáhara, que en noviembre rememoró que hace 48 años el Gobierno español repartió su territorio entre Mauritania y Marruecos.

Esta guerra tiene algunos elementos en común con otras guerras:

- La utilización de un lenguaje que deshumaniza a Hamás y a todo el pueblo palestino. Considerándolos “animales” “hijos de la oscuridad” “abatir a terroristas”, describiéndolos como bárbaros, salvajes. Se difunden noticias falsas como la decapitación de niños, violaciones masivas, etcétera, con el objetivo de incrementar la rabia social y exacerbar el odio. Una vez deshumanizados es fácil aceptar que la única solución es eliminarlos sin crear ningún sentimiento de culpa. Los tutsis eran cucarachas que los hutus debían eliminar en Ruanda (genocidio de 1.994)

En la medida que deshumanizan a los palestinos la sociedad israelí también se va deshumanizando. Va perdiendo la empatía, la compasión y en general la sensibilidad humana hacia el sufrimiento del otro. Los principios éticos y morales de la sociedad pasan a ser unos principios relativos que se modifican a conveniencia.

Los llamamientos militaristas a la destrucción y al aniquilamiento de Hamás “cueste lo que cueste”, sin importar la muerte de personas civiles, es una muestra de falta de valores de las autoridades israelíes que contaminan toda la sociedad.

- Proclamar el derecho a defenderse sin tener en cuenta que ese mismo principio lo puede utilizar la otra parte, Hamás o el pueblo palestino porque está siendo atacado por Israel. Recordemos que es el mismo principio que utilizó EEUU después del ataque de las Torres Gemelas que justificaba la invasión de Afganistán, territorio que tuvo que abandonar 20 años más tarde cediendo el poder al enemigo, los talibanes, dejando el país completamente destrozado.

El derecho del Estado de Israel de detener y juzgar a los autores del ataque del 7 de octubre no debe ser confundido con realizar actos de venganza contra la población civil. La operación que está desarrollando el Gobierno israelí no es una operación de defensa, es ataque. Y ataca no solo a los miembros de Hamás, sino a toda la población. Es un castigo colectivo.

Las autoridades del Estado de Israel deben ser juzgados inmediatamente en la Corte Internacional de Justicia aunque el estado israelí no haya firmado la Convención de Ginebra con todos los protocolos. Ya hay demasiados indicios de que están cometiendo delitos de crimen de guerra, de lesa humanidad, apartheid y genocidio.

- Culpabilizar al enemigo de los actos propios. La pretensión del Gobierno de Israel de responsabilizar de las matanzas y destrucción que esta causando a Hamás es demagógica y cínica. La afirmación “ Si no se hubiese producido el ataque no habría habido esta respuesta” intenta justificar este ataque vengativo generado por la humillación a los servicios de inteligencia, al ejército y a todo el estado, e implica ocultar el auténtico conflicto: la situación de apartheid en que viven los palestinos en Israel, la actuación delictiva de los colonos israelíes en Cisjordania, la situación en la Franja de Gaza, que se ha definido como la mayor cárcel a cielo descubierto del mundo, la negativa a permitir el retorno de los refugiados huidos en 1947, el encarcelamiento de menores de edad, etcétera, etcétera.

Ante los atentados de Hamás el Gobierno de Israel podía responder democráticamente persiguiendo a los autores del ataque respetando la leyes nacionales e internacionales o como lo ha hecho, de forma injusta, cruel y militarista.

- Acusar arbitrariamente a la población de ser militantes, colaboradores o, por lo menos, cómplices del enemigo, de Hamás. La única forma de demostrar que no lo son es abandonar sus casas y huir hacia el sur, pero impidiéndoles salir de la zona de guerra. La imposibilidad de salir de la zona de ataques militares también afecta a ciudadanos extranjeros, por lo que se puede considerar que el Gobierno de Israel tiene secuestrados a cientos de personas de otros estados, incluido el Estado español. 1.600.000 palestinos y palestinas obligados a huir que se sumarán a los 100 millones de desplazados forzosos que hay en el mundo según el Acnur.

- No asumir las responsabilidades de las agresiones que realiza. No se asume la responsabilidad de la destrucción y asesinatos producidos al bombardear hospitales, centros educativos o viviendas porque ha comunicado que los va a atacar. Cuesta comprender que en personas adultas, con responsabilidades en el gobierno de un país, perdure la lógica infantil de “el que avisa no es traidor”.

- La lógica militar de que al enemigo ni agua. Solo bajo una lógica de un militarismo completamente deshumanizado se puede explicar la negativa, tanto para establecer pausas y treguas para la huida de la población civil, como para impedir la entrada de ayuda humanitaria. Las condiciones y cantidades que ha permitido hasta ahora son una tomadura de pelo a la comunidad internacional por ser insignificantes para paliar las necesidades que hay.

- La reducción del concepto de Defensa. Como si la defensa solo se pudiese realizar utilizando la fuerza de las armas. Se parte de una premisa falsa de que se tiene la razón absoluta e inamovible y que no existe otra forma de solucionar los conflictos sino es eliminando al otro.

Este concepto de Defensa lleva a la militarización de la sociedad. Israel tiene un servicio militar para los hombres de 3 años, 2 años para las mujeres. El peso de los militares en la sociedad civil es abrumador, todos los políticos con prestigio han tenido una carrera militar. Declara un gasto en su ejército de 24.300 millones de dólares, el 17 más alto del mundo, con solo 9,5 millones de habitantes. Cuenta con un poderoso ejército, un sistema de inteligencia con prestigio mundial y una poderosa industria militar.

A pesar de todo ese esfuerzo militar han sido duramente atacados. Este ataque pone en cuestión la capacidad del ejército para defender a la ciudadanía; al no garantizar seguridad su prestigio está cuestionado. Por otro lado, ha aumentado la construcción de refugios en domicilios particulares y también la compra de armas para la autodefensa. Ambos comportamientos indican que el miedo se ha extendido por la sociedad.

- La lógica binaria militar de estás conmigo o estás contra mí. Se considera cualquier crítica al gobierno como acto antisemita. Utiliza los conceptos de antisionista como sinónimo de antisemita. Para el actual Gobierno de Israel con Netanyahu a la cabeza, el recordarle que según los acuerdos de Oslo los palestinos tienen que crear un estado independiente y viable es un acto contrario a la existencia de Israel que debe ser castigado como acto terrorista.

Además, Israel se considera con el poder y la impunidad de criticar y desprestigiar a cualquier persona o institución internacional que cuestione sus acciones deshumanizadas y delictivas, como lo ha hecho con el presidente del Consejo General de la ONU, António Guterres.

- La paz sin justicia no es paz y tarde o temprano la violencia del poderoso es contestada por las personas oprimidas.

Una vez que se conoce no se puede olvidar. Europa, las instituciones europeas, los gobiernos europeos y la población de Europa estábamos en una situación entre anestesiada al dolor palestino y el mirar para otro lado para no ver lo que pasaba. Con entregar un puñado de euros para que puedan sobrevivir era suficiente para mantener nuestra conciencia tranquila. Ahora estamos viendo las imágenes, oyendo sus testimonios. Recordamos todas las resoluciones tanto de la Asamblea como del Consejo de Seguridad de la ONU que han sido desoídas por los gobiernos de Israel. Releemos los informes de Human Rights Watch 2021; Amnisty International 2022 ; de Save the Children de julio 2023 que muestran la política de apartheid que ejerce el Gobierno de Israel contra la población palestina. Las persecuciones históricas al pueblo judío, ni el holocausto llevado por los nazis legitiman el apartheid al pueblo palestino. El derecho a la legítima defensa no incluye el aniquilamiento de la población civil. Hay unas normas legales que no se pueden traspasar y hay unos valores éticos y morales que si no se respetan individualmente y como sociedad crean monstruos que tarde o temprano devorará a esa misma sociedad.

Europa, sus instituciones y su población no puede decir que no ha visto nada, no puede esperar a que se borren de la mente las imágenes de bombardeos incesantes a inocentes. Nuestra identidad como defensores de los Derechos Humanos y de los valores democráticos estaría cuestionada si no somos capaces de parar esta barbarie. Nuestra autoimagen de superioridad ética y moral frente a otras regiones se desvanece. Nuestro prestigio y capacidad de influencia en otros lugares del mundo va a ser nula.

Nuestra hipocresía va a quedar en evidencia.

*Plataforma contra las guerras - Gerrarik ez