Osasuna pasó a los octavos de la Copa tras un encuentro horrendo, con innegable dosis de fortuna para eludir la tanda de penaltis ya que el gol definitivo llegó en el minuto 112, en una acción con intercesión de un defensa que desvió a gol un remate de Abde. El internacional marroquí fue el gran y único propulsor del juego de los rojillos, cómodos en la primera parte, desaparecidos y planos en la segunda y de los nervios en la prórroga conforme pasaban los minutos y no había forma de derribar el muro de contención del discreto Nástic.

El equipo de Arrasate casi nunca supo esgrimir su mayor calidad, como tampoco expuso argumentos para ayudarse de su superioridad numérica. El conjunto catalán se quedó con un hombre menos a seis minutos de llegar a los noventa y esa inferioridad, solo equilibrada con la roja a Pablo Ibáñez a un minuto de la conclusión de la prórroga y con el partido resuleto, no benefició a sus intereses.

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Osasuna completó un partido decepcionante no tanto porque la oposición de un entusiasta rival le llegara a incomodar en algunos momentos –el Nástic fue solo un equipo animado ante la pasividad de los rojillos–, sino porque concedió muchos minutos sin ninguna explicación. Tras encarrilar el partido en la primera mitad, la desaparición de Osasuna en la reanudación resulta de muy difícil digestión, un agujero negro. Solo la determinación de Abde por aprovechar los minutos y ofrecerle a sus compañeros las soluciones que no se veían por ninguna parte, sirvieron para reanimar a su equipo que parecía condenado a jugárselo todo a los penaltis frente a un equipo de Primera RFEF. Ese Osasuna desfigurado en el campo del Nástic fue grave pese a la clasificación.

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El Nàstic-Osasuna, en imágenes EFE

Todo fue de mal en peor. Osasuna vivió una primera parte muy cómoda, sin pasar apuros, solo con los balonazos sobre el área de Sergio Herrera como único acceso al partido por parte rival. La pegada de los rojillos salió a relucir entonces muy pronto. Primero fue el Chimy quien conectó al poste un remate sin contemplaciones tras un córner sacado por Rubén García, y después fue Kike García, pasado el cuarto de hora, quien resolvió con un disparo potente y colocado un balón suelto en el área tras otro saque de esquina. El delantero estuvo a punto de dejar sentenciada la eliminatoria tras una acción similar a la que le faltó una pizca de puntería.

La historia de la primera parte estaba escrita porque Osasuna siguió jugando cómodo, profundizando en los apoyos y centros preferentemente por la banda izquierda, y el Nástic, todo ánimo, dio aire a sus ansias de reacción con muchos centros y nada de peligro. Un tímido remate a puerta quedó registrado a los 44 minutos. Y nada más.

Pero lo que estaba por llegar no figuraba en ningún plan. Ni en el peor. La desaparición de Osasuna del partido fue antológica. El Nástic se mostró correoso ante la situación, más activo en el ataque, pero sin dar un susto, aunque la jugada del empate fue la ejemplificación de la desorientación con la que se estaba moviendo Osasuna. El balón de un córner voló de un lado al otro por el área de los rojillos y en el segundo vuelo encontró un testarazo inapelable obra de Pablo Fernández. Osasuna, inerme, no reaccionó y casi sufre una voltereta completa en el marcador si no media una acción salvadora de Sergio Herrera. El partido parecía recomponérsele a los rojillos tras la expulsión del goleador local, pero ni por esas.

Afortunadamente para Osasuna, Adbe se tomó el partido como una cuestión personal. Tras soltar unos latigazos por la banda izquierda en el tramo final del segundo tiempo, se echó el equipo a la espalda y fue el asidero que mantuvo en pie a los suyos. El internacional se creó ocasiones para él –buscó la base de los postes con pillería– y también para todos sus compañeros. Apagadas como estaban las luces propias, un defensa local acabó por llevar a gol otro de los centros malévolos. Un autogol en la prórroga fue suficiente en el horror.

FICHA TÉCNICA

1 - Gimnàstic de Tarragona: Parra; Pol Domingo, Josema (Quintanilla, min. 46), Montes Arce, Joan Oriol; Pedro (Gorostidi, min. 46), Montalvo; Marc Álvarez (Pochettino, min. 73), Marc Fernández (Pablo Fernández, min. 46), Bonilla (Nil, min. 106); y Guillermo (Andrei Lupu, min. 60).

2 - Osasuna: Sergio Herrera; Rubén Peña (Diego Moreno, min. 63), David García, Aridane, Manu Sánchez; Ibáñez, Brasanac (Montayola, min. 91); Chimy Ávila (Ez Abde, min. 68), Rubén García (Moi Gómez, min. 79), Kike Barja (Oroz, min. 68); y Kike García (Budimir, min. 79).

Goles: 0-1: Kike García, min. 16. 1-1: Pablo Fernández, min. 78. 1-2: Eric Montes (p.p), min. 112.

Árbitro: Díaz de Mera Escuderos (Comité de Castilla-La Mancha). Mostró tarjeta amarilla a Álex Quintanilla (min. 65), Ander Gorostidi (min. 70), Joan Oriol (min. 84), Andrei Lupu (min. 90+6) y Nil Jiménez (min. 109) y expulsó a Pablo Fernández con roja directa (min. 84), por el Gimnàstic de Tarragona; y mostró tarjeta amarilla a David García (min. 41), Rubén Peña (min. 63) y Darko Brasanac (min. 73), y expulsó a Pablo Ibáñez con roja directa (min. 119), de Osasuna.

Incidencias: Eliminatoria a partido único de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputada en el Nou Estadi Costa Daurada de Tarragona ante 8.282 espectadores. Antes del inicio del encuentro, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Edson Arantes do Nascimento 'Pelé'.