Había un personaje de la emblemática serie de Los Simpson que lo arreglaba todo a “golpe de remo”. Era de la vieja escuela, ahora eso ni se estila ni se permite, pero Arrasate tiene un método igual de efectivo y menos doloso que ese: el banquillo. El equipo rojillo volvió a adolecer de problemas que ya le pasaban en agosto. Y eso es preocupante. De narices. 

Los rojillos no son contundentes en ataque ni en defensa. Ni en un área ni en otra. Ni aprovechan las oportunidades cuando se tienen, aunque sean numerosas como en la primera mitad ante el Villarreal, ni son contundentes cuando las tiene el rival. 

Y el problema es que el fútbol va de eso, de meterla en la portería y que no la metan en la tuya. Y ahí va la cosa mal no, peor. Morales resucitó (otro más para la lista) llegando tres veces a la portería y...metiendo las tres. Osasuna lleva 10 goles en 10 disparos a portería. A Sergio se le puede reprochar poco, pero es cierto que la parcela defensiva rojilla no está en su mejor momento. Ni Catena ni David está consiguiendo conjuntarse aún y están bastante lejos de las expectativas levantadas por todos ante una pareja de tal nivel. Ahora que parece que Unai vuelve a estar recuperado y Herrando no lo ha hecho mal, tal vez sea el momento de mandar un mensaje a los titulares y que pasen por un golpe de banquillo. Y eso que Catena fue el único capaz de batir a un Jorgensen al que Osasuna había conseguido reconciliar con su afición gracias a no aprovechar sus oportunidades con tiros muy claros que se iban centrados o fuera directamente (salvando una que le saca a Budimir con los pies, que esa es de mérito). Otra acción de buen samaritano.

En fin, Osasuna perdono, le clavaron dos en dos llegadas y, cuando por fin lograron superar a Jorgensen, les sentenciaron un minuto después del gol de Catena, ni un poco de ilusión, alegría y esperanza tuvieron los rojillos. 

A Arrasate le toca sacar el remo y mandar un mensaje a más de uno de sus jugadores. Toca cambiar la dinámica o sino en breve comenzaremos a escuchar eso de sacar los remos, pero en este caso para intentar que el barco llegue a buen puerto. Osasuna tiene que cambiar y, sino, Jagoba será quien tenga que hacer cambios.