Raúl García lloró al final del partido porque a veces la felicidad empuja al recuerdo, te pone en el camino y hace recuento. El chaval –tiene 23 años– ya ha vivido su particular bautismo como goleador en El Sadar y lo ha hecho de la manera mejor, montando una fiesta, a toda pastilla y con el volumen a tope. El destino del delantero es el gol y por eso marcar el primer gol oficial con la camiseta de Osasuna, que éste sea en el Sadar, que llegue en el descuento y sirva para conseguir la victoria es el cúlmen del oficio. Si a ello se une que el trayecto en Osasuna no estaba siendo especialmente fácil, hay motivos para soltar unos lagrimones.

Raúl Garcia está viviendo un proceso de adaptación a la Primera División y a Osasuna, en la competición, por la exigencia mayor de la máxima categoría en donde la acertada toma de decisiones marca las diferencias y en donde el ritmo endiablado es consustancial a cada encuentro; y en el equipo rojillo porque un delantero con cualidades para el juego combinativo debe dar un paso al frente también en cuanto a su inmersión en la refriega en él área. Tampoco debe ser fácil vivir a la sombra de un Budimir espléndido, un ariete de rompe y rasga que anda además facilón con el gol.

A Raúl le ha costado dieciséis encuentros -quince de Liga y uno de la Liga Conferencia- abrir la escotilla para que entrara el primer gol. Los partidos se han repartido en tan solo tres titularidades -en Valencia, contra el Barcelona y en Vitoria- y el resto suplencias -no disputó ni un solo minuto en el encuentro anterior al del viernes, en Cádiz-. Sus apariciones en El Sadar habían sido ante el Athletic (16 minutos), Barcelona (62), Sevilla (5), Atlético Madrid (12), Granada (10), Girona (7), Las Palmas (2), Real Sociedad (15) y frente al Rayo saltó al campo en el minuto 84 y marcó en el 95.

La importante inversión por la contratación de sus servicios, con el coste de seis millones de euros por el 65% de sus derechos, el resto pertenece al Betis, la responsabilidad de la apuesta, también ha hecho mella en el rendimiento del futbolista -el segundo fichaje más caro de la historia del club después del de Budimir-, algo que se espera que cambie tras sufrir el particular exorcismo. Con 19 goles en el Mirandés la pasada temporada como carta de presentación, el margen de confianza parece que ha regresado a la casilla de salida tras esta mitad campeonato con más dudas que certezas.

Con Raúl García, Osasuna incorpora a otro jugador a la nómina de goleadores, tan necesitada siempre de contar con especialistas, pero también con personal. Han marcado goles esta temporada en la Liga una decena de futbolistas. Además del último en sumarse a la lista, están Budimir (8), Rubén García (2), Moi Gómez (2), Chimy, Catena, Aimar Oroz, Arnaiz, Nacho Vidal e Iker Muñoz, todos ellos con un gol.