Calzados Tiberio, Zulategui, Mercería Carmen, Confecciones De Miguel, Droguería Ardanaz ... “Pamplona cada vez es menos Pamplona cuando los comercios de cercanía bajan la persiana y sus originales e irrepetibles rótulos, que conseguían que las calles fueran más acogedoras y auténticas, desaparecen para siempre”, alerta Óscar Brako, único navarro miembro de la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico, entidad que documenta visualmente e incluso rescata estos letreros en peligro de extinción que hablan de épocas pasadas. “Debemos evitar que que se conviertan en chatarra en el vertedero”, defiende. 

A Óscar, 59 años, siempre le han atraído las artes gráficas y visuales. De pequeño, recopilaba carteles que encontraba en las calles de esa vieja Iruña que se manifestaba constantemente en la calle. “Era una locura. Cada día aparecían 20 nuevos. Los guardaba en casa y aún tengo una montonera”, relata.

Óscar aparcó la “fiebre” de los carteles y comenzó a fotografiar letreros de comercios de Burlada como la papelería Etxarri o Autoservicio Iratxeta. “Mis padres vivían en Burlada y siempre comprábamos ahí. Eran rótulos emblemáticos que me gustaban mucho”, indica. 

Óscar abandonó la fotografía, se convirtió en comercial de Euskal Herria Irratia y hace una década abrió @larotuladora, una cuenta de Instagram en la que publica imágenes de rótulos de negocios de Pamplona y el resto de Navarra.

“No sé por qué empecé. El 99% de la publicidad de la radio es de comercios minorista e igual los tiros van por ahí. Fotografío rótulos que tengan identidad, que den personalidad a la ciudad y que evoquen sentimientos”, comenta. 

En 2019, acudió a una exposición que se celebró en Madrid y en la que se exhibieron rótulos salvados en España y Portugal.

“A través de Instagram, nos convocaron a las personas que ya estábamos documentando rótulos en redes sociales con el objetivo de que quede un registro visual de los trocitos de ciudad que están desapareciendo”, explica.

A raíz de este encuentro, se fundó la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico. 

Rótulos rescatados

Además de sacar fotografías, Óscar se pasa por comercios locales que van a echar el cierre e intenta convencer a los propietarios de que mantengan el rótulo en el escaparate.

“Es su hábitat natural. Son un elemento más del paisaje urbano. Dan vida a la calle. A nadie se le ocurre demoler el acueducto de Segovia por el siempre hecho de haber cesado el suministro de agua. Cumplan o no con el uso para el que fueron concebidos, los rótulos otorgan a la ciudad una personalidad inequívoca que se debe conservar”, subraya.

En la mayoría de ocasiones, al dueño de esa antigua carnicería, mercería o tintorería no le queda otra salida que vender la tienda a una franquicia y, “como último recurso”, Óscar rescata el rótulo. “Hay que hacerse compinche del propietario, de la persona que está a cargo de la obra o que al albañil le parezca buena idea”, apunta Óscar, que nunca paga por los letreros: “Estamos en contra de que se monetarice”, expresa.

El rescatador ha salvado los rótulos del Pub Manhattan, Cerámicas Arcobaleno o de la cafetería y pastelería Zucitola. “Hace cuatro años, vi que estaban cambiando el rótulo, llamé a los dueños y les pedí que me lo dieran si lo iban a tirar a la basura. No me pusieron ningún problema”, asegura. 

Además, Óscar ha conseguido que el Gobierno de Navarra vaya a restaurar el rótulo de la Droguería Redín, que el pasado 31 de enero se traspasó después de siete décadas y tres generaciones al frente.

En un principio, los hermanos Redín –Marisa, Julia e Iñako– se quedaron “el pedazo de letrero” de más de cuatro metros de anchura, pero, a las semanas, se pusieron en contacto con Óscar.

“Me dijeron que no tenía ningún sentido guardarlo en un trastero para que cogiera polvo y no lo viera nadie. No sabían qué hacer con él”, relata Óscar, que se le ocurrió llamar a la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona para que lo expusieran en el centro.

“Al director, Pedro Sorbet, le pareció buena idea y ha conseguido que el Gobierno de Navarra restaure el rótulo. Es una historia con final feliz”, se alegra. 

En la actualidad, Óscar anda detrás de la S de los míticos cines Saide de la calle Olite, que este verano se han convertido en un gimnasio. “He hablado con el dueño de la bajera, que hace unos años me dio el letrero del Pub Manhattan”, señala.

Sin embargo, Óscar a veces no llega a tiempo porque los comercios pequeños, que languidecen desde hace años, bajan la persiana en un abrir y cerrar de ojos.

“Soy de San Juan. En mi calle había una tiendica muy chula que vendía café que de un día para otro cerró y las letras del rótulo se fueron a tomar por saco a la velocidad del rayo”, recuerda. Para evitar estas situaciones, Óscar pide a la ciudadanía que le avise por Instagram: @larotuladora.

A Madrid

Óscar guarda los rótulos en su casa temporalmente y los envía a unos almacenes que la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico tiene en Toledo. “Después, se organizan exposiciones en Madrid”, explica.

Eso sí, Óscar posee los rótulos “en depósito” y si los dueños los reclaman de nuevo se los devuelve sin problemas. “Me los quedo para que no se estropeen y no terminen en un vertedero en forma de chatarra”, insiste.