Dicen Rubén Zabalza, Mirari Zestau y Josetxo Muskiz que el día que la plataforma Salvemos Iza-Gulina Bizirik consiga sus objetivos, entregan las banderas y los dípticos y se “disuelven”. Lo que pasa es que todavía les queda mucho activismo por delante.

Los tres hablan como portavoces de la asociación, creada en marzo de 2023 para proteger su territorio de una sucesión de megaproyectos que desde 2021 amenazan con cambiar de arriba abajo no solo sus pueblos, sus economías y sus paisajes, sino parte del patrimonio medioambiental de todos los navarros.

Por la vía administrativa han conseguido paralizar una enorme planta fotovoltaica y una autopista energética de treinta torretas, más altas que el edificio Singular de Pamplona. La empresa Solaria pretendía plantar 65.000 placas solares sobre los terrenos de secano más fértiles de la Cuenca. Y Forestalia quería evacuar por allí, sobre la misma línea proyectada por Red Eléctrica de España, toda la energía que genera por debajo del Ebro y lleva hasta el Golfo de Bizkaia.

Ahora afrontan el último y quizá más agresivo de los proyectos: el de la salida norte del Tren de Alta Velocidad hacia la Y vasca. En los términos planteados por el Ministerio, el tren parte en dos el valle con una cicatriz ferroviaria que destrozará valiosas zonas de cultivo, un robledal centenario, montes icónicos –como el Bizkai y su característica sierra–, yacimientos arqueológicos…

Material de la plataforma para concienciar sobre los daños del TAV en el territorio Unai Beroiz

Es un destrozo tan evidente que la asociación, compuesta por nueve concejos y 86 vecinos, ha contagiado a otros ayuntamientos de la Sakana, que ven con recelo los planes del Ministerio para continuar por allí el tren. Y también ha atraído a ingenieros y arquitectos con experiencia en alta velocidad para plantear alternativas menos dañinas. 

Todo lo que no ha hecho el Gobierno de Navarra, al que acusan de una “dejación de funciones” que tendrá consecuencias irreversibles. El Ejecutivo, dicen, todavía está a tiempo de reaccionar. La asociación acaba de estar en el Parlamento acompañada del ingeniero Kimetz Munitxa y el arquitecto Juan Carlos Valerio, que allí mismo emplazó al Gobierno a empezar a hacer propuestas al Ministerio.

“Si Rita Barberá consiguió que la alta velocidad no pasara por debajo de la catedral de Valencia, ¿cómo el Gobierno de Navarra no va a defender sus montes, sus ermitas, sus cultivos y sus robledales?”.

Los proyectos que caían como “bombas”

Son portavoces y vecinos. Zestau, de Ochovi, de donde es alcaldesa; Muskiz, de Aldaba; y Zabalza, alcalde del concejo de Iza. Tres concejos que, junto con Áriz, Erice, Sarasa, Lete, Larunbe y Gulina, tuvieron que empezar a moverse hace dos años.

Era otoño de 2021 y los proyectos caían “como bombas” uno detrás de otro, ilustra Muskiz. De entonces son las primeras alegaciones contra los proyectos de las placas solares, las torretas de energía y la evacuación energética.

De entre todas las alegaciones, fue la relativa al valor natural para el cultivo la que permitió paralizar el proyecto de las placas. El denominado Amaya Solar I planteaba sustituir unos valiosísimos terrenos para el cultivo de secano por una megaexplanada de espejos.

También cercar el centenario robledal de Ordériz, uno de los tres –junto con los de Gulina y Barbatáin– especialmente protegidos por el Gobierno de Navarra en sus planes de Ordenación Territorial para la Cuenca de Pamplona.

“Si un particular hubiese querido hacerse una casa sobre esos terrenos rústicos, no le hubiesen dejado”, ejemplifica Zabalza. 

La ‘vía libre’ energética

Por eso cuesta entender que el Ejecutivo admitiera a trámite los proyectos. Tiene explicación. El cambio climático ha acelerado todos los programas de renovables. La guerra de Ucrania y el encarecimiento de los combustibles fue la chispa definitiva para que todo aquel que tuviera una idea de negocio con placas o molinos de por medio tuviera pista libre casi antes de empezar.

“Ninguno de nosotros ni la asociación está en contra de la transición energética”, explica Zestau. Todo lo contrario. Pero la transición no puede hacerse a cualquier precio. “Ahora, ya de inicio, le dan carta abierta a cualquier proyecto de este tipo”, explica Muskiz.

Aunque en el caso de Iza no tuviera que haberse permitido porque “existe una normativa que impide este tipo de proyectos en zonas de alto valor productivo”. “Si esto es así, no lo admitas y evítanos dos años que han sido durísimos para nosotros”, apela Muskiz, como si tuviera al Gobierno de Navarra delante.

“Europa ha dicho: esto es la selva”, resume Zabalza. “Pero es que en este tipo de proyectos hay que ir al milímetro, tiene que hacerse todo muy bien justificado”, considera, en una crítica al sistema actual, que ha primado la agilidad en los trámites frente al detalle en cada caso.

Es más. “Navarra hubiese evitado todo esto mucho mejor en el caso de tener aprobado el mapa de suelos que contempla la Ley de Cambio Climático”, añade Muskiz. Un trabajo que todavía está pendiente.

Transformación “definitiva”

Lo bueno es que estos proyectos están de momento paralizados. Lo urgente pasa, ahora, por el TAV. Hace seis meses, la plataforma formuló las alegaciones ante el Ministerio, cuya opción para la salida de Pamplona y encarar la Y vasca transforma el valle en otra cosa.

El documento invita al Ministerio a tener visión de conjunto para todo el corredor norte. Cómo termine la salida del bucle de Pamplona comprometerá la continuación del trazado por Iza y por Sakana. El proyecto no puede parcelarse en pequeños tramos y luego unirse entre sí por las bravas. Es lo que ocurriría en caso de validarse la actual propuesta ministerial.

Con este plan, el TAV atravesará de lado a lado la icónica sierra del monte Bizkai –a cuyos pies está Ochovi– sin un estudio hidrológico, de estabilidad y medioambiental en condiciones. La obra pondrá en peligro las centenarias casas del pueblo donde todavía viven 70 personas. “Yo les digo que el trasiego de los 30 trenes diarios les va a parecer lo de menos si sobreviven a la obra”, indica Zabalza, que es arquitecto.

Un estudio más profundo también debe hacerse en Arazuri, donde “el trazado trasformará de manera irreversible una zona agrícola de alta productividad en la zona del meandro del río Arga”.

En Ororbia, en Zuasti y en Aldaba, el tren pasará muy cerca de las casas y habrá afecciones visuales y sonoras que no se han tenido en cuenta. Poblaciones de milanos, águilas reales, culebreras europeas, busardos ratoneros y cernícalos vulgares estarán en riesgo, algo que ya asume el propio Ministerio en su evaluación de impacto.

También cuatro yacimientos arqueológicos, los de Euntzeaundi, Euntzeaundi II, Euntzeaundi III y Zoko. El trazado transformará un “territorio virgen” –detalla el documento de alegaciones– de manera “definitiva”. Son muchas afecciones como para no tenerlas en cuenta.

La crítica al Gobierno foral

De momento, la asociación no tiene respuesta. El Gobierno de Navarra, explica Zabalza, ha hecho “dejación de funciones” y solo ha presentado algún reparo para parcelas de su propiedad, algo que no ha sentado bien en el valle.

Tampoco en la Sakana, por donde continuará el tren. Muchos pueblos han visto el panorama y han paralizado las catas y sondeos que pretende realizar el Ministerio para tentar la obra.

De los 16 municipios que hay desde la Cendea de Olza hasta Ziordia, muchos están demorando los permisos para realizar los sondeos. Esto ha propiciado, a juzgar de Muskiz, una “parálisis administrativa de hecho” que solo puede entenderse como el síntoma de que “existe un problema social latente”.

Es el momento de que el Gobierno foral se ponga al frente y medie con el Ministerio para hacer un trazado que convenga también a los intereses de Navarra, consideran en la asociación. “Queremos abrir el debate de las alternativas”, propone Muskiz. Todavía hay tiempo. 

Una jornada para hablar de alternativas con el Gobierno de Navarra y el Ministerio de Transportes

La plataforma no quiere quedarse en las alegaciones. Tiene propuestas propias, salidas de los cálculos del ingeniero Kimetz Munitxa –en su plan de Tren Público y Social– y el arquitecto Juan Carlos Valerio, que ha hecho proyectos de alta velocidad para Valladolid, Valencia y la estación de Atocha de Madrid.

Desde distintos planteamientos presentan alternativas que, sorprendentemente, coinciden en los puntos más conflictivos del trayecto. Y tienen en común un impacto medioambiental muchísimo menor.

Montaje sobre cómo es el valle y cómo podría ser en caso de que todos los proyectos fueran definitivamente hacia adelante Salvemos Iza-Gulina Bizirik

De todo, de las alegaciones y de las alternativas, quiere hablar Iza-Gulina en una jornada que organiza para el mes de marzo. Van a invitar también al Gobierno de Navarra y al Ministerio de Transportes y Movilidad con la esperanza de que allí pueda celebrarse una pequeña cumbre sobre el TAV en ese tramo. 

Hace pocas semanas, los técnicos pudieron exponer –en poco tiempo– sus propuestas en el Parlamento de Navarra. Todos los grupos políticos –faltaba UPN porque justo fue el día en el que se conoció la moción de censura contra Ibarrola– fueron receptivos a estudiar esas mejoras en el trazado. La plataforma también quiere mantener encuentros individuales con cada partido.