Navarra, pequeña y políticamente singular, nunca había mandado tanto. En los últimos años ha exportado al menos ocho nombres propios que mandan en los partidos de gobierno, oposición y bisagra del Estado.

Hay que empezar por el PSOE. El milagrés Santos Cerdán es el secretario de Organización: dirige el día a día del partido. Llegó a Ferraz en 2017 como uno de los fieles escuderos que acompañaron a Sánchez en la histórica remontada hacia la secretaría general. Un año después, tuvo un papel importante en la cocina de la moción de censura. Y desde que Sánchez está en Moncloa, su protagonismo ha ido a cada vez a más, haciéndose con la negociación de los últimos pactos con Junts.

Sus tesis políticas han terminado imponiéndose y goza de un predicamento tremendo. Sánchez supo de su valía durante su vuelta a España en el Peugeot. Cerdán calculó avales y federaciones y le hizo una radiografía clavada de por dónde iban a ir los tiros en el congreso. Acertó de pleno. Sánchez dijo: este, para Ferraz. Y hasta hoy ha sido un intocable que ha sobrevivido a muchos de los que tenían más pico, pero menos mano.

La de Elma Saiz es una historia totalmente distinta. Ha caminado por la senda abierta por Cerdán en Ferraz. Dejó su puesto en el Ayuntamiento de Pamplona para saltar al Ministerio y ahora a la Ejecutiva de Sánchez con una vocalía. Es la última incorporación, ratificada en la convención política de enero y en el mismo lote que otros ministros.

El otro gran partido estatal también tiene a dos navarros: Ana Beltrán y Javier García. La exparlamentaria fue número tres de Génova en la etapa de Casado. Caído en desgracia, encontró acomodo gracias a una ley no escrita en el PP que habla de acordarse de los servicios prestados de quienes un día dirigieron el partido. Beltrán es senadora por Huesca y vocal de la Ejecutiva desde el último congreso. García lo es por presidir el partido a nivel autonómico.

Podemos, Cs y el PNV

Podemos es hoy otra cosa, pero las navarras Ione Belarra e Idoia Villanueva han mandado desde el principio. Belarra, muy cercana a Irene Montero, es secretaria general desde la marcha de Pablo Iglesias. Y la eurodiputada –que no repetirá puesto en junio– ocupa uno de los puestos importantes como secretaria de Internacional. Gestionan lo que queda de un partido que acaba de cumplir diez años, que hasta hace poco cogobernaba en el Estado y que se juega su futuro el 9 de junio en las Europeas con Montero como candidata.

También en horas bajas está Ciudadanos. Las cosas van muy rápido: en 2019 eran el tercer partido del Estado. Ahora están prácticamente desaparecidos. Al frente del proyecto permanece un navarro que se hizo con las riendas tras la refundación de 2023, un último intento a la desesperada por salvar el partido y que terminó con Inés Arrimadas fuera del foco. Es Carlos Pérez-Nievas, hasta abril de 2023 parlamentario con Navarra Suma y hoy coordinador general de Ciudadanos. Él es quien maneja el partido en los últimos estertores. 

Unai Hualde forma parte de la Ejecutiva del Euskadiko Buru Batzar como presidente navarro del PNV, un partido cuya trascendencia política hace mucho que superó los límites de la CAV y Navarra. Forma parte de las decisiones del equipo dirigente de 13 miembros que encabeza Andoni Ortuzar. Este año, además, no solo será importante para el PNV por las elecciones en la CAV: el partido también tendrá que renovar sus órganos.