Fundación Caja Navarra mantuvo el pasado ejercicio su solvencia financiera así como su compromiso con la solidaridad y el progreso social a través de actividades y recursos propios y proyectos en colaboración con otras entidades y organismos dirigidos a mejorar la situación la ciudadanía en general y más entre quienes sufren especial vulnerabilidad. Así se desprende de la Memoria de Actividades del año 2022 de la fundación, que ha sido presentada este miércoles en la comisión de Economía y Hacienda del Parlamento de Navarra a petición propia por el presidente del patronato, José Ángel Andrés.

Esta memoria da fe del mantenimiento de la solvencia económica de la fundación con unos ingresos a cierre del pasado año de 13 millones de euros frente a los 11,1 millones de euros de gasto, con 5,5 millones dirigidos a discapacidad y mayores, 3,3 millones a cultura y educación, 1,3 millones a programas y convocatorias y 1 millón a tareas de administración.

La misión de la fundación, ha asegurado su presidente, es "responder a los nuevos retos sociales apoyando a las personas para que puedan cubrir sus necesidades básicas" buscando ser para ello "una entidad de impacto y referencia en materia de solidaridad y progresos social", poniendo a las personas en el centro y con valores basados en la "independencia" y la "transparencia".

La memoria recoge también la "clara apuesta por la sostenibilidad" que según ha asegurado Andrés existe en la entidad, una línea de trabajo que no se desarrolla solo en acciones concretas sino "dándole una dimensión de transversalidad" puesto que es una cuestión "esencial".

Entre sus recursos propios se encuentra Civican, un "centro de pensamiento y cultura compartida" que según refleja la memoria ofreció el pasado año 1.167 cursos y actividades con 54.361 participantes.

En el caso de Isterria, centro de educación especial concertado para niños y jóvenes con discapacidad intelectual, Andrés ha destacado el taller de formación laboral, que acoge a 116 personas, así como la residencia con plazas mara más de 50 usuarios. Muy positiva es la alta satisfacción obteniendo 9.2 puntos sobre 10.

El centro de desarrollo de capacidades para personas adultas Río Irati, que cuenta con 19 usuarios y una satisfacción de 9,5 puntos, buscan otorgar a estas personas "destrezas y habilidades que les permitan mejorar su situación personal, su calidad de vida y su integración", ha explicado.

Cuentan además con dos comedores sociales en los que han dado 21.073 servicios y nueve centros de mayores que han ofrecido 193.089 asistencias, recursos en los que se establece "que sean las propias personas mayores las que participen directamente en las decisiones que les afectan" como son las actividades que realizan.

Su oferta propia se completa con las colonias de Hondarribia, un recurso con alta demanda, que cuenta con plazas reservadas para menores sin recursos y que en 2022 contó con 4.146 participantes y un grado de satisfacción excelente con 9.8 puntos otorgados por las familias.

Hace escasas dos semanas, ha destacado, iniciaron un proyecto de vivienda con una inversión de 6,3 millones de euros en Mutilva en colaboración con Nasuvinsa y Ayuntamiento del Valle de Aranguren para la construcción de 40 viviendas en alquiler social y cuyos bajos se cederían al consistorio para que los dedique a actividades culturales y sociales.

JÓVENES Y LUDOPATÍA

A sus proyectos en colaboración se suman el programa de innovación social Innova y un programa de prevención de ludopatía en jóvenes con el empleo de 300.000 euros en el que han sido "capaces de aglutinar el conocimiento de tres organizaciones que se dedicaban al ámbito de las ludopatías", ha puesto en valor Andrés.

Han desarrollado también el programa Avanzando / Aurrera en colaboración con diferentes ONG y entidades para facilitar el acceso a la inclusión laboral a mujeres migrantes en situaciones vulnerables, un proyecto de prevención de la soledad no deseada en colaboración con la Fundación La Caixa y el Ayuntamiento de Pamplona y un programa de becas predoctorales.

Así mismo han aportado a través de su fondo de crisis olvidadas 160.000 euros, han colaborado en el programa Next de promoción del retorno del talento y han participado en la cátedra Aprender Ikasti para el desarrollo de buenas prácticas en centros educativos.

El 2022 ha sido también un año importante para la fundación en materia normativa ya que pasaron de ser una fundación bancaria a una fundación ordinaria y afrontaron la necesaria adaptación con la aprobación de los nuevos estatutos en mayo y el nombramiento de un nuevo patronato en junio bajo los nuevos criterios.