La ikastola Paz de Ziganda ha sido galardonada con un premio a nivel estatal un proyecto de conservación y enriquecimiento de los bosques. La Sociedad Española de las Ciencias del Suelo (SECS) hizo público el pasado 20 de junio que la ikastola era la ganadora del concurso de bachillerato estatal sobre trabajos de investigación en ciencias del suelo 2023. Los alumnos de segundo de bachillerato que cursaban la asignatura Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente, impartida por Nagore Aizpurua, realizaron el proyecto llamado El suelo como elemento para mejorar la conservación y enriquecimiento del bosque.

Este trabajo constó de una investigación para cuantificar el carbono acumulado tanto en la madera de los árboles como en el suelo. De esta manera, descubrieron que el bosque de Arbizu (uno de los impulsados por la Federación de ikastolas de Navarra) está contribuyendo en la compensación del CO2 emitido por los asistentes a la fiesta del Nafarroa Oinez del 2010, a la que asistieron miles de personas.

Gracias a este premio, dos integrantes de la ikastola viajarán a Brasil en representación de los 16 alumnos de bachillerato que realizaron el trabajo. Los afortunados han sido la estudiante Lorea Busto y su tutor, Unai Gallastegi, que van a cruzar el Atlántico y acudirán a Florianópolis el 30 de julio para presentar el proyecto en nombre de la escuela y de la SECS, en el XXIII Congreso Latinoamericano de Ciencia del Suelo, que finalizará el 4 de agosto.

Además, el profesor y edafólogo de la UPNA, Iñigo Virto, colaboró con la ikastola en este proyecto de investigación en el que el alumnado aplicó el método experimental estudiando las propiedades del suelo del bosque de Arbizu. Según Virto, es, entre otras muchas cosas, un espacio muy significativo para la docencia y para la investigación, al ser una especie de “laboratorio al aire libre” vinculado a los centros educativos.

Alumnos de la ikastola Paz de Ziganda y de la UPNA, durante la expedición. Cedida

El proyecto

La investigación llevada a cabo por los estudiantes consistió en evaluar la respuesta del medio a la reforestación con diferentes especies, 13 años después de su inicio. Los resultados van a permitir cuantificar los servicios que presta Oinez Basoa al ecosistema y a las personas, tales como el secuestro de carbono, o la regulación del ciclo del agua.

Teniendo en cuenta que han pasado 13 años desde la puesta en marcha del bosque de Arbizu, “la investigación puede ayudarnos a entender en qué contribuye Oinez Basoa al bienestar de los habitantes de su zona, a la regulación del clima, y a otros aspectos relacionados con la implantación de un bosque”, afirmó Virto. Además, los resultados obtenidos podrán ayudar a entender por qué algunas especies de las plantadas han funcionado mejor que otras y aprender para próximas intervenciones de este tipo.

El 16 de febrero, un grupo de alumnos de la ikastola y de la UPNA realizaron una visita al bosque de Arbizu junto a Íñigo Virto, ingeniero agrónomo y profesor de la universidad, que valoró positivamente la expedición. “Fue una experiencia muy positiva, tanto por la actitud como por el interés de los estudiantes”, señaló.