Tres jóvenes navarros han aceptado en la mañana de este lunes una condena de dos años de prisión cada uno de ellos (20 meses por atentado y 4 meses por desórdenes públicos) por los incidentes acontecidos durante una jornada de huelga general en enero de 2020 cerca del centro comercial La Morea.

Los procesados, respaldados esta mañana en el Palacio de Justicia en una concentración multitudinaria de apoyo, carecen de antecedentes penales por lo que no tendrá que ingresar en prisión con la condición de que no vuelvan a cometer un delito en los próximos tres años. Para alcanzar la conformidad, la Fiscalía les ha reconocido la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas.

En el escrito de acusación, se relata que los tres procesados formaban parte de un grupo de unas 150 personas, todos encapuchados y con pasamontañas y vestidos de negro, que sobre las 19.45 horas venían de La Morea, lugar donde se habían producido violentos altercados de orden público, hacia la zona del Sadar, donde acudieron dos furgonetas del grupo de intervención de la Policía Foral.

Según la Fiscalía, en el grupo de personas entre los que se encontraban los acusados, lanzaron piedras y objetos contra los agentes de la Policía Foral, siendo que se produjeron daños en los vehículos y los agentes fueron alcanzados, pero no consta la participación de los encausados. Luego, en un momento dado, un grupo indeterminado de personas abandonaron el lugar en dirección Pamplona y los acusados, a través del vial sito en El Sadar, entre El Sario de la UPNA y la residencia de estudiantes, y junto a otro grupo numeroso de personas no identificadas, volvieron sobre sus pasos por la calzada en dirección hacia La Morea e impidiendo el tráfico.

Enfrentamiento con la Policía

En ese momento, uno de los vehículos policiales, para impedir que volviesen al centro comercial donde se estaban produciendo disturbios, subió hacia la cota más alta del vial, donde los agentes bajaron a la calle y se desplegaron pie a tierra. El escrito de acusación recoge que los tres procesados acometieron con piedras y objetos contundentes contra los policías, se abalanzaron contra ellos y les agredieron con patadas, empujones y puñetazos, siendo luego neutralizados, inmovilizados y detenidos por los agentes actuantes. Uno de los acusados, recogía el escrito inicial de acusación, se alejó del lugar y cogió un objeto contundente que lanzó hacia los agentes, por lo que decía la Fiscalía que un agente le disparó a unos 25 metros una pelota de foam amarilla que le alcanzó en el muslo. El lanzamiento, según el Ministerio Público, se hizo de forma proporcionada y para evitar que siguiera el acusado arrojando piedras y objetos.