La asociación Saharako Kabiak-Nidos del Sáhara destacó el pasado miércoles la relevancia de abordar el conflicto del Sáhara Occidental en el ámbito educativo mediante una guía didáctica, en una comparecencia en la Cámara Foral en la que también explicó otros proyectos, como el de las bibliotecas en los campamentos de refugiados saharauis.

Maite Ramos, presidenta de la asociación, justificó la elección del tema por “la relevancia de la solidaridad en muchos centros escolares y a la presencia de niños saharauis que visitan Navarra en el marco del proyecto Vacaciones en Paz”. “La intención es acercar la realidad saharaui a los estudiantes, reivindicar la memoria histórica, y abordar conflictos olvidados, alejándose de la visión caritativa y victimizadora”, comentó.

La guía didáctica, “creada para sensibilizar a los estudiantes sobre la situación del pueblo saharaui y el proyecto de las bibliotecas”, está basada en la LOMLOE, relató, y “propone actividades que promueven la reflexión, el espíritu crítico y el compromiso, utilizando metodologías activas y el aprendizaje servicio solidario”.

Asimismo, explicó el proyecto de las bibliotecas en los campamentos de refugiados saharauis, gestionado por la asociación Bubisher, que “busca impulsar la enseñanza del castellano y promover la lectura e interculturalidad en la población saharaui”. “Todos los trabajadores de este proyecto son saharauis, lo que contribuye a la autonomía y resiliencia de la comunidad”, apuntó Ramos.

Construir puentes entre las dos culturas

Sobre Saharako Kabiak-Nidos del Sáhara, aseguró que “trabaja en proyectos culturales para construir puentes entre la cultura navarra y saharaui”, y enfatizó las “colaboraciones con escuelas, como la Escuela de Arte de Iruña, y el bachiller artístico de Iturrama, que han resultado en la creación de cuentos, ilustraciones y proyectos artísticos que se envían a los campamentos saharauis”.

Asimismo, Ramos describió el proyecto Hijos de la Jaima, que “busca mantener los lazos culturales entre niños saharauis de la diáspora y la cultura saharaui”. 

Por su parte, Tateh Lehbib nació y creció en los campamentos de refugiados de Tinduf, donde “las condiciones climatológicas y de vida son difíciles”. Explicó que “los saharauis fueron obligados a abandonar su territorio por la fuerza y viven ahí desde hace más de 47 años”, pero, a pesar de eso, nunca han perdido la esperanza de volver algún día a su territorio”.

Sin embargo, “los saharauis nunca descuidaron la educación, desplegaron inmensos esfuerzos e invirtieron conforme a sus posibilidades para educarnos”. “Convencidos de que formarse contribuye grandemente en aliviar la difícil situación que viven los refugiados saharauis, en los campamentos tenemos escuelas, institutos y formación profesional”, relató.

Valoraciones de los grupos

Pedro González, de UPN, denunció el giro de Pedro Sánchez respecto a la postura de España en el conflicto, reconociendo la soberanía marroquí, a lo que la socialista Inma Jurío respondió que “no voy a entrar en cuestiones políticas para poner en valor el proyecto educativo que incide en la convivencia, el diálogo y la paz”. Irati Jiménez, de EH Bildu, optó por “reconocer la importancia de estos proyectos para evitar que la sociedad desarrolle amnesia sobre este tema”, lo que suscribió Itxaso Soto, de Geroa Bai, lamentando que “muchos conflictos pasan al olvido”, por lo que “no podemos obviar la situación que se vive” en el Sáhara. Carlos Guzmán, de Contigo-Zurekin, denunció que “el Estado español es responsable de la situación que hoy en día se vive en el Sáhara” y Emilio Jiménez, de Vox, apuntó que “siempre hemos entendido al pueblo saharaui como una parte más de España”.