Las aguas subterráneas están disminuyendo de manera acelerada, pero no es algo inevitable ya que pueden tomarse medidas para resolver esta situación, según un estudio de expertos estadounidenses publicado en el último número de la revista Nature.

Los investigadores de la Universidad de California (UC), en Santa Bárbara, han realizado la evaluación más importante de los niveles de agua subterránea en el mundo, que abarca casi miles de acuíferos.

El estudio supone una ayuda para los científicos, a quienes formulan políticas y a los administradores de recursos que trabajan para comprender la dinámica global de las aguas subterráneas.

"Este estudio fue impulsado por la curiosidad. Queríamos comprender mejor el estado del agua subterránea global analizando millones de mediciones del nivel del agua subterránea", dijo la autora principal Debra Perrone, profesora asociada del Programa de Estudios Ambientales de UC Santa Bárbara.

El equipo de expertos, que recopiló datos de registros nacionales, trabajó durante tres años en este análisis, de los cuales dos se dedicaron a clasificar datos de 300 millones de mediciones del nivel del agua en 1,5 millones de pozos.

También evaluaron más de 1.200 publicaciones para reconstruir los límites de los acuíferos en las regiones de investigación.

Agotamiento acelerado

El trabajo reveló que el agua subterránea está disminuyendo en el 71 % de los acuíferos, pero este agotamiento se está acelerando en muchos lugares.

En concreto, las tasas de disminución de las aguas subterráneas en las décadas de 1980 y 1990 se aceleraron desde el año 2000 hasta el presente, lo que pone de relieve cómo empeoró la situación.

La disminución de las aguas fue más común en zonas de climas más secos, pero hay lugares donde los niveles se han estabilizado o incluso recuperado, según los expertos.

"Este estudio muestra que los humanos pueden cambiar las cosas con esfuerzos deliberados", señaló Scott Jasechko, co-autor del estudio.

Los autores han puesto el ejemplo de Tucson, en Arizona (EEUU), donde el agua del río Colorado se utiliza para reponer el acuífero en el cercano valle de Avra, lo que permite almacenar agua.

"Rellenar intencionalmente los acuíferos nos permite almacenar esa agua hasta el momento de necesidad", agregó Jasechko.

Las comunidades pueden gastar mucho dinero en construir infraestructura para mantener el agua en la superficie, pero si se cuenta con la geología adecuada, se pueden almacenar grandes cantidades de agua bajo tierra, lo que es mucho más barato, menos perjudicial y menos peligroso, resalta el artículo.

Otra opción, agrega el texto, es centrarse en reducir la demanda, lo que en general implica regulaciones, permisos y tarifas por el uso del agua subterránea.