En los últimos días la presión policial sobre las redes criminales que usan narcolanchas en el Estrecho de Gibraltar se han incrementado notablemente desarrollando sendas operaciones policiales en Galicia y Portugal, lugares claves para la logística de estas embarcaciones de alta velocidad que cobraron notoriedad tras la muerte de dos guardias civiles embestidos en Barbate (Cádiz) el pasado 9 de febrero.

Las operaciones se centran en la nueva generación de los grandes clanes de la droga en el Estrecho, como es el caso de un conocido narcotraficante de la Línea de la Concepción (Cádiz) conocido como El Bola que ha sido objeto de una investigación esta semana de la Policía Nacional y Guardia Civil hasta dar con su refugio en una lujosa mansión de Lisboa.

Fuentes policiales destacaron la relevancia de la operación porque la organización liderada presuntamente por El Bola estaba considerada como la “mayor red de narcotransportistas en el Estrecho”, apoyándose para ello en comunicaciones encriptadas y en conexiones con otros grupos para introducir hachís y cocaína en el Estado.

“La organización disponía de una media de entre ocho y diez embarcaciones conocidas como narcolanchas, que se encontraban en todo momento en el agua con sus respectivas tripulaciones, así como de una nutrida red de pequeñas embarcaciones que utilizaba para facilitar víveres o gasolina”, los conocidos como petaqueros, según informó el pasado martes el Ministerio del Interior.

Para desmantelar la red de El Bola –con 31 detenidos, de los que doce estaban ya en prisión– fue clave la colaboración con Portugal, como ocurrió en otra operación la semana pasada de la Guardia Civil, en este caso centrada en los motores fueraborda que usan las narcolanchas. En ambos casos se actuó también contra la estructura financiera de blanqueo, con apoyo de la Agencia Tributaria.

El norte de Portugal y Galicia son desde hace tiempo objetivo policial al ser considerado zona cero para la fabricación de muchas narcolanchas. El pasado viernes, la Guardia Civil hizo balance de otra operación para desmantelar una organización gallega que suministraba motores fueraborda a los traficantes.

La organización, dedicada igualmente al blanqueo de capitales, operaba entre la provincia de Ourense y el norte de Portugal, desde donde suministraba los motores y lanchas a organizaciones del área del Estrecho que los utilizaban para el tráfico de drogas y el transporte ilegal de inmigrantes a la Península. En este caso, fueron incautadas ocho embarcaciones, 25 motores de gran cilindrada, material náutico, radares GPS, antenas y diversa documentación, además de ordenadores, terminales móviles y 30.000 euros en efectivo.

Embarcaciones incautadas

Tras la tragedia de Barbate con dos guardias civiles asesinados, el Ministerio del Interior puso en valor el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar lanzado en 2018 y reeditado este año por cuarta vez, ya que deja datos como la incautación de más de 1.420 embarcaciones usadas por el narco. Interior defiende que “se está ganando la batalla” frente a las organizaciones criminales, aunque reconocen que “incomodan” las narcolanchas que buscan refugio en las costas andaluzas tratando de escapar de la presión policial.

Una de las medidas en estudio trata de ir un paso más allá de la declaración como género prohibido de las narcolanchas para, ahora, actuar contra los petaqueros que aportan la logística necesaria a este tipo de embarcaciones. Las redes de narcotráfico buscan embarcaciones de mayor potencia para responder a la presión policial en la zona del Estrecho, lo que ha llevado a dispersar los alijos de droga a zonas de la costa andaluza y del Levante.