Con la llegada del buen tiempo y las bajas precipitaciones de lluvias, hacer reformas en verano resulta mucho más apropiado que en otras épocas del año. Si está pensando en reformar la vivienda, ha de saber que esas obras pueden ayudar a reducir el consumo de energía y la huella ambiental. Mejorar el aislamiento de la fachada o renovar los tejados son, por ejemplo, soluciones sostenibles que permiten el ahorro energético. Se estima que cerca del 30% de la energía de un edificio se pierde por el tejado y el 70% lo hace entre la cubierta y la fachada.

Asimismo, los muros son los culpables de la fuga del 25% del calor, a pesar de que deben (o deberían) ser los principales protectores del frío en las viviendas. Esto sucede porque, normalmente, no están equipados con la protección aislante necesaria y el material del que están compuestos traspasa al interior el frío de la calle. 

 Las cifras citadas se pueden resumir de una manera muy sencilla: si realizamos un aislamiento correcto, podemos mejorar el uso energético de la vivienda y, por lo tanto, ahorrar calefacción en épocas frías y aire acondicionado en verano. Sin olvidar, que ambas soluciones contribuyen a mejorar la calidad de vida, tanto en la sensación de confort como en aquellas personas que tienen problemas respiratorios.

Resulta recomendable hacer al menos una revisión anual del tejado, especialmente si se perciben goteras o humedades. Cedida

Renovar los tejados

El transcurso del tiempo y el clima hacen que las cubiertas y tejados de edificios y viviendas unifamiliares pueden presentar grietas o tejas rotas, lo que produce goteras y filtraciones en las viviendas. “Una teja suelta podría caer al suelo y causar daños materiales o humanos. Es, por ello, que es recomendable hacer al menos una revisión anual del tejado, especialmente si se perciben goteras o humedades, y reparar aquellas zonas que estén deterioradas”, especifican desde Tejados y Reformas Norte

En este sentido, recomiendan invertir en un buen sistema de impermeabilización de tejado para que proteja el aislamiento térmico y garantice que sus prestaciones aislantes no se pierdan como consecuencia de posibles filtraciones y humedades.

Además, aconsejan asegurar su correcto aislamiento ya que incidirá de manera directa en el ahorro energético total de la vivienda. Esto permitirá ahorrar calefacción en invierno y aire acondicionado en verano, mejorando la eficiencia del edificio y, de paso, los bolsillos. Una vivienda bien aislada ofrece muchas ventajas, tanto económicas como de confort porque “permite mantener una temperatura interior constante, independientemente de las condiciones climáticas en el exterior, al tiempo que se minimizan las pérdidas de calor lo que se traduce en un ahorro en las facturas”, explican. 

Asimismo, una mala impermeabilidad del tejado o de la cubierta de la vivienda también repercute directamente sobre la salud de las personas que habitan en el hogar. Cuando la humedad se filtra en la casa a través de un tejado con goteras puede provocar la acumulación de moho o empeorar la calidad del aire, provocando problemas respiratorios y alergias. Por ello, es aconsejable realizar la impermeabilización del tejado en el momento adecuado y contar con buenos profesionales que detecten las necesidades para cada caso concreto.

Una mala impermeabilidad del tejado o de la cubierta de la vivienda repercute directamente sobre la salud. Cedida

Mejorar el confort

El aislamiento es otra de las formas más eficientes de ahorrar energía en el hogar, ya que lo mantiene cálido en invierno y fresco en verano. En el mercado existen diferentes materiales y calidades, pero sin duda, la celulosa es una de las opciones más eficientes por varias razones: tiene un desfase térmico de entre 8 y 12 horas según el espesor (esto es el tiempo que tarda en transmitir la temperatura de un lado a otro de su grosor); ahorra más del 50% en la factura de la luz o del gas; aumenta el confort térmico y acústico de la vivienda; su vida útil es la misma que la de la vivienda y no necesita mantenimiento.

En Navarra, por ejemplo, Aislanat es la empresa que ofrece esta solución sostenible. Fabrican aislamiento ecológico de celulosa a partir de papel de periódico reciclado. Un ejemplo de economía circular porque utiliza “materia prima de kilómetro cero para transformarla en un producto de altas prestaciones y a un precio más competitivo que el resto de aislantes”, indican Iñigo y Julen Puncel, responsables de esta compañía con más de 20 años de trayectoria en el sector de los materiales de construcción y que, a día de hoy, se han convertido en un referente en la bioindustria y en el sector de los aislamientos ecológicos

Aislanat puede aislar la vivienda de manera individual sin necesidad de que toda la comunidad realice el aislamiento. Es posible hacerlo desde el interior del inmueble en un sólo día. Se hacen uno pequeños agujeros en la pared y se insufla el aislante hasta rellenar la superficie; después, se vuelven a tapar los agujeros. Sin obras y sin molestias. cedida

Aislanat puede aislar la vivienda de manera individual sin necesidad de que toda la comunidad realice el aislamiento. Es posible hacerlo desde el interior del inmueble en un sólo día. Se hacen uno pequeños agujeros en la pared y se insufla el aislante hasta rellenar la superficie; después, se vuelven a tapar los agujeros. Sin obras y sin molestias. cedida Cedida

Si está pensando en aislar su vivienda, ha de saber que se puede realizar en un sólo día, sin interminables obras que agotan tanto. 

El primer paso es realizar una visita gratuita por parte de los técnicos de Aislanat. “De esta forma se determina el sistema más adecuado: insuflado, proyectado en seco o en húmedo”, señalan. Una vez realizado el estudio se puede proceder al aislamiento. 

Es importante destacar que, “este trabajo se realiza en un sólo día, en el que de una manera rápida y eficaz puede terminarse”, puntualizan los responsables.

Ayudas

La buena noticia es que por parte del Gobierno Navarra, así como por parte de la Unión Europea, existe un apoyo real para conseguir estos objetivos de sostenibilidad.

Para que el motor de cualquier reforma sea conseguir viviendas más eficientes energéticamente y con consumos menores, se conceden ayudas para las obras realizadas desde el 1 de enero de 2022 que supongan la reducción de la demanda energética anual global de calefacción y refrigeración de al menos el 7% o una reducción de energía primario no renovable de al menos del 30%.

El coste mínimo de las obras es de 1.000 euros. La subvención es del 40% del coste, con un máximo de 3.000 euros por vivienda