Desde el verano de 2020, una normativa de la Unión Europea exige que todos los edificios con calefacción central comunitaria cuenten con sistemas de contadores individuales o repartidores de costes para individualizar y regularizar el consumo de cada vivienda. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) estima que esta medida afecta a alrededor de 1,4 millones de viviendas.

Para las comunidades de propietarios que no hayan cumplido con esta obligación, hay una oportunidad de justificarlo y extender el plazo por un año adicional, según una orden reciente. La fecha límite para la implementación fue el 1 de mayo de 2023.

Aquellas comunidades que se acogieron al TUR de Ahorro Vecinal o al TUR 4 debían tener los repartidores de costes o contadores individuales instalados antes del 30 de septiembre de 2023 para beneficiarse de los ahorros. en la factura. Si estaban en proceso de instalación, debían enviar una declaración responsable antes del 30 de octubre comprometiéndose a finalizar la instalación antes del 30 de septiembre de 2024.

En caso de que estén todavía en el proceso de instalación y hayan surgido dificultades técnicas o administrativas que la estén retrasando, la comunidad tenía que enviar una declaración responsable a la comercializadora antes del 30 de octubre comprometiéndose a que queden instalados los contadores individuales o los repartidores antes del 30 de septiembre de 2024.

Si no se envían los certificados o la declaración responsable, la comunidad podrá seguir con la tarifa TUR hasta 31 diciembre de 2023, pero durante noviembre y diciembre se aplicará una penalización, un recargo del 25% sobre el consumo durante los meses en que se ha tenido la TUR. 

Por otro lado, si se envía la declaración, pero en septiembre de 2024 no se ha realizado la instalación, se recargará con un 25% a todo el consumo beneficiado por la TUR. Si no se amplía el plazo de la TUR de comunidades, el 1 de enero la comunidad deberá pasar al mercado libre con un precio previsiblemente más alto.

¿Contadores individuales o repartidores de coste?

La diferencia fundamental entre ambos sistemas, contadores y repartidores de costes, es que mientras el contador mide realmente la energía que consume el sistema de calefacción de cada usuario, los repartidores de costes estiman la energía que emite el radiador sobre el que está montado. La elección depende, sobre todo, de cómo sea el sistema de calefacción central en tu edificio, columnas o anillos.

Junto a ellos, resulta recomendable la instalación en los radiadores de válvulas termostáticas que nos permitiría regular la temperatura en el interior de la habitación: consiguiendo un menor gasto en la energía del aparato y mitigando el despilfarro que a veces se produce en las viviendas, cuando no se puede controlar la temperatura de cada habitación.

Estas válvulas termostáticas funcionan abriendo y cerrando el paso de agua caliente a los radiadores, en función de que se haya alcanzado la temperatura que el usuario desee en la habitación, mejorando el funcionamiento del conjunto de la instalación y reduciendo los costes globales.

¿Cuánto se ahorra?

Gracias a los contadores de energía térmica y a los repartidores de costes, ya no se paga en función de criterios como el cociente de propiedad, sino que los gastos variables de la calefacción (aquellos que no son comunes a toda la instalación) se distribuyen en función del consumo realizado.

Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Alcalá para la Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción (AERCCA) se ahorra de media un 24,7%.