La ciudad romana de Andelos no tenía teatro. Hasta este domingo. El escultor Alberto Odériz levantó un escenario de paja con 316 pacas de 400 kilos en extramuros de la ciudad romana, a escasos metros del acueducto que conecta el sistema hidráulico con la urbe.

Aspecto del escenario efímero levantado con pacas de paja, a vista de dron. Juan Carlos Sánchez

Aunque es el resultado de años de trabajo, fue construido en un solo día y para una sola actuación: las Variaciones Goldberg de Johan Sebastian Bach. Un escenario con influencias tan diversas como los vallados efímeros que transforman los pueblos en verano o las pirámides mexicanas que Odériz conoce de su estancia allí.

La instalación del teatro levantado con pacas de paja en extramuros de Andelos, a vista de dron.

La instalación del teatro levantado con pacas de paja en extramuros de Andelos, a vista de dron. Juan Carlos Sánchez

Durante el proceso colaboraron el ganadero José Luis Recalde, el agricultor César Ascunce y Félix Perola colocando de la paja. Se orientó al sur para proteger al músico del viento y utilizó la inclinación natural del terreno para inclinar la grada y el paisaje como parte del escenario. Un piano de cola ocupó el escenario y Alberto Urroz interpretó las Variaciones Goldberg frente a 300 asistentes. 

El escultor Alberto Odériz y el pianista y director del festival, Alberto Urroz, frente al público. Juan Carlos Sánchez

El proyecto, planteado como un piloto que pueda repetirse en otras ediciones y contextos, fue una colaboración con el Festival de Música Clásica de Mendigorría y el Programa Innova. Se inserta en el ciclo de trabajo del campo y busca un nuevo uso durante el intervalo en el que la paja está cosechada pero aún no ha sido utilizada para el ganado o para producir energía.

Fue una única presentación donde esta arquitectura de paja sirvió para conectar otras disciplinas que ya estaban en el territorio: la arqueología de la ciudad romana, la agricultura y la ganadería de la zona y el Festival de Música Clásica de Mendigorría.

“El público comentaban que les había traído recuerdos de cuando jugaban en las pajeras de niños. Yo también tuve esa sensación. Un logro no previsto del proyecto que nos habla de los cimientos tan sencillos que tiene la memoria y sus días felices"

Alberto Odériz - Escultor responsable del proyecto

Ha sido un esfuerzo enorme para una única actuación y el público ha respondido con una acogida especial. Comentaban que les había traído recuerdos de cuando jugaban en las pajeras de niños. Yo también tuve esa sensación. Un logro no previsto del proyecto que nos habla de los cimientos tan sencillos que tiene la memoria y sus días felices. En mi caso también una experiencia muy satisfactoria haciendo equipo con disciplinas distintas y donde he podido aprender de la arquitectura de Andelos, la agricultura de secano de la zona y el arte efímero por excelencia que es la música”, ha detallado Alberto Odériz.

"Me sentí un privilegiado por ser parte esencial de este proceso creativo y fue inolvidable ofrecer en este marco mi primera interpretación de una obra que me va a acompañar el resto de mi vida”

Alberto Urroz - Pianista y director del festival

“Fue una experiencia única donde la propia interpretación se convirtió en parte de un proceso más amplio de reflexión sobre el arte y la belleza de lo efímero. Las notas de las Variaciones Goldberg de Bach, en su transformación constante, fueron el vehículo perfecto para transportarnos en este proceso creativo enmarcado en la transformación de la naturaleza por el hombre y enmarcado también en el mismo movimiento natural de los sonidos, el sol, el viento y la vida de todos los que dejaron atrás sus ocupaciones y pensamientos para entregarse al disfrute del momento. Me sentí un privilegiado por ser parte esencial de este proceso creativo y fue inolvidable ofrecer en este marco mi primera interpretación de una obra que me va a acompañar el resto de mi vida”, ha argumentado por su parte el pianista y director del festival, Alberto Urroz.